Things Take Time, Take Time

Presentación del Álbum

Desde los primeros segundos de Things Take Time, Take Time, el mohín de desidia está ahí, las guitarras despreocupadas también, la prosa desilusionada llevada por frases interminables también; en definitiva, Courtney Barnett parece comenzar su tercer disco con lo que se podría considerar una divagación. Pero no lo es. Apoyada por Stella Mozgawa, la baterista de Warpaint que también se atreve aquí con el sintetizador, la australiana hace evolucionar su arte. Reflejo fascinante de su poesía personal, tan única como siempre, Things Take Time, Take Time no sólo fue concebido durante la pandemia –el confinamiento forzado es el combustible ideal para su inspiración– sino que también es su primer disco desde su separación de Jen Cloher, con quien compartió su vida durante muchos años. La ruptura se evoca con modestia en Splendour y nos recuerda que cuando se trata de introspección, Courtney Barnett sigue siendo intocable. Un estilo que encaja a la perfección con sus eternas aficiones sonoras, como el minimalismo de la Velvet Underground, Jonathan Richman o su compadre Kurt Vile (con el que coescribió el excelente Lotta Sea Lice en 2017), pero también con el extraterrestre Arthur Russell, que le viene a la cabeza cuando aparece una caja de ritmos vintage (Turning Green). La sencillez de la fachada de este magnífico tercer álbum y también estas secuencias repetitivas, dan aún más fuerza a sus canciones, a sus frases tranquilizadoras, a pesar de la pandemia y la separación. Things Take Time, Take Time, también promueven una cierta benevolencia. Un sentimiento sincero, nunca disparatado, que hace que este disco sea realmente entrañable. © Marc Zisman/Qobuz