The Tree of Forgiveness

Presentación del Álbum

Puesto que Townes Van Zandt y Guy Clark pasaron hace más o menos tiempo a mejor vida, habremos de aprovechar la presencia terrenal, todavía altamente fructífera, de John Prine. Grandioso songwriter no demasiado conocido a este lado del Atlántico pero muy apreciado en los círculos musicales más enterados, fue apadrinado en sus inicios por Kris Kristofferson para demostrarse, poco después, un alumno aventajado de Dylan. Y Prine, con los años, se ha ido imponiendo como uno de los mejores retratistas de su generación, pese a no disfrutar del éxito que merece. Qué pena, ya que su mordacidad lo aleja siempre de cualquier concesión a la facilidad, al tiempo que sabe disparar al corazón y conmover al oyente, eso sí, con la inteligencia que se le supone a un anti-establishment de su categoría. Y es que unir ironía y emoción a flor de piel con semejante talento no es tarea al alcance de cualquiera… Tras un soberbio disco de dúos mixtos con, entre otras, Kacey Musgraves, Lee Ann Womack, Alison Krauss, Susan Tedeschi, Iris DeMent, Amanda Shires o Miranda Lambert, John Prine publica ahora su primer trabajo en trece años integrado exclusivamente por composiciones originales.

Con una producción sobria y despojada a cargo del siempre solicitado Dave Cobb, The Tree Of Forgiveness reúne temas en lo que comparte autoría (Dan Auerbach de los Black Keys, Roger Cook, Keith Sykes o Phil Spector) y tareas interpretativas (Brandi Carlile, Jason Isbell y Amanda Shires). A sus 71 años, este songwriter originario de Chicago tiene la voz que le corresponde por edad, en la que han dejado huellas los múltiples achaques y los cigarrillos, pero cuyo timbre casa muy bien con las temáticas a tratar. Antes fino observador que mero entertainer, Prine encuentra aquí el perfecto equilibrio entre sus dos personalidades, la de viejo sulfurado y un punto excéntrico y la del sabio juicioso que contempla el mundo desde la distancia y con sanas dosis de humor. El repertorio toca cuestiones como la muerte (hace veinte años que convive con el cáncer) y el amor por los suyos… Aun estando lejos de sus obras maestras de los 70 (el epónimo John Prine, pero también Sweet Revenge y Bruised Orange), su cosecha de 2018 se degusta igualmente con inmenso placer. © Marc Zisman/Qobuz