A la eterna y cansina pregunta “¿eres más de los Beatles o de los Stones?”, un clan de irreductibles suele responder siempre: “¡de los Kinks!” Aunque la banda de Ray y Dave Davies no alcanzó nunca el éxito de sus rivales, ni siquiera el de los Who, sigue siendo uno de los grupos de rock más importantes e influyentes de los años 60. Al igual que Lennon/McCartney y Jagger/Richards, los hermanos Davies supieron evolucionar y desplegar la más extensa paleta estilística. Los Kinks tocaron múltiples palos, y siempre con acierto. Desde un rock empapado de rhythm’n’blues y blues al garage rock, pasando por el rock para grandes estadios, el rock sofisticado de timbres casi isabelinos, el country, el pop clásico, el folk, el cabaret, etc.. Pero su mayor singularidad reside en haber sido la más british de todas las formaciones de su época. Por estilo, escritura y referencias, es EL grupo inglés por excelencia. Y todo ello, configurando un universo que influiría enormemente en las siguientes generaciones. Porque sin los Kinks no hubiéramos tenido a The Jam, a XTC, a Madness, a los Smiths, a Blur, a Pulp, a Oasis, a Divine Comedy o a tantos otros…
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