El 28 de diciembre de 2015, Lemmy Kilmister falleció tras más de 40 años al frente de Motörhead, la banda de rock'n'roll más ruidosa de la historia. Un cáncer fulminante se llevó a este icono que muchos tenían por incombustible, puesto que su muerte había sido anunciada más de una vez para ser desmentida poco después. La trayectoria de Motörhead, que lógicamente termina con él, se ha extendido a lo largo de cuatro décadas, con sus inevitables altibajos. Y ha dado pie a numerosos malentendidos, sin que nada afectara lo más mínimo al huracán sonoro desencadenado desde encima de los escenarios...

En realidad, fue un malentendido lo que llevó a Lemmy a dejar Hawkwind en mayo de 1975, depués de tres años de buenos y no siempre leales servicios. Detenido en la aduana canadiense con unos aparentes narcóticos que acabaron siendo medicamentos sin necesidad de receta, el bajista fue abandonado por el grupo, que hacía meses que buscaba algún pretexto para librarse de él. De vuelta a Londres, Lemmy esperó a que le llamaran para integrarse de nuevo a sus filas, para decidir finalmente formar una nueva banda con su amigo Lucas Fox. Como el batería ha explicado: «Cuando comprendió que estaba fuera de Hawkwind se puso furioso. Destrozó por completo su habitación, yo estaba sentado en una silla esperando a que se calmara. Le estuvo dando vueltas durante varias semanas mientras yo le animaba a que formara otro grupo. Estábamos de acuerdo sobre la dirección a seguir, y en nuestras conversaciones citábamos sin parar a Link Wray, MC5 y Led Zeppelin, e incluso a los Beatles. Yo tenía en la cabeza un sonido duro, pero al mismo tiempo melódico. Al principio íbamos a ser un cuarteto, no un trío, con Luther Grosvenor y Larry Wallis a las guitarras, que se lo montarían para sonar un poco como Thin Lizzy. Hablamos con Luther, pero prefirió formar Widowmaker. Si hubiera dicho sí, la banda, probablemente, no se habría convertido en lo que se convertiría después.»

Tras unos comienzos caóticos, por no decir desastrosos, Motörhead se constituye con una formación que pronto se convertiría en legendaria, en la que encontramos al guitarrista "Fast" Eddie Clarke y al batería Philthy "Animal" Taylor. Pero, y he aquí un nuevo malentendido, lo que tendría que haber sido su primer álbum no pasó la criba de su sello, United Artists, cuyos capitostes no estaban nada convencidos del potencial de un grupo ya por entonces inclasificable. Lo cual solo serviría para acrecentar la aversión de Lemmy por las compañías discográficas: «Ellos (United Artists) nos dejaron grabar el disco, pero luego no quisieron sacarlo. Únicamente se atrevieron a lanzarlo cuando vieron que nuestros dos primeros álbumes estaban funcionando. Pero debo decir algo: no importa como sea el contrato que firme una banda, porque los grupos y los sellos acaban siempre por pelearse. Es algo inevitable. Los capos de las discográficas no saben lo que es tocar en un grupo, y los músicos no están hechos para trabajar en un despacho de 9 a 5, y en algunos casos en los garitos de moda… No están hechos para entenderse. El conflicto es inevitable. Por lo que a mí respecta, intento siempre sacar tajada porque nunca se sabe cómo acabará el asunto. Es lo que hacemos todos en este mundillo. Y si la cosa no va bien, nos vamos con la música a otra parte, ¡y se acabó!»

Crea una cuenta gratuita para seguir leyendo