El finlandés Esa-Pekka Salonen es un aclamado director de orquesta y prolífico compositor. Con más de 60 álbumes a sus espaldas, ha cambiado la faz de la historia de la interpretación. Qobuz charló con este músico excepcional sobre su trabajo de estudio y su relación con el estudio de grabación.

A los 65 años, Esa-Pekka Salonen ha alcanzado la edad de madurez para un director de orquesta, pero el nativo de Helsinki no es solo un director: fue trompista, es compositor. Y parece desafiar el tiempo: primero porque fue a temprana edad un músico consumado, luego porque conserva la apariencia juvenil que tenía cuando lo escuchamos por primera vez en París, en el Teatro de los Campos Elíseos, a principios de 1985 dirigiendo este programa: Stravinsky (Suite de Pulcinella) y Sibelius (Concierto para violín con Salvatore Accardo). La espectacular y repentina sustitución de Michael Tilson-Thomas en la Sinfonía n° 3 de Mahler en Londres, lo había revelado al público apenas dos años antes. Ya al inicio del desarrollo del CD entonces en estado de gracia, sus primeros discos fueron editados por BIS, Philips, Finlandia y luego CBS que no era todavía Sony. Pero nos atrajo sobre todo la obra escogida para concluir el concierto; la sinfonía que le permitiría hacer gala de su talento –por su debut en Francia– no era de hecho una sinfonía… sino las Variaciones y fuga sobre un tema de Mozart de Max Reger. Parafraseando a W. C. Fields, pensamos que un músico que elegía a Reger en este contexto no podía ser malo del todo. Salimos del concierto deslumbrados. Sin saberlo todavía con exactitud, acabábamos de descubrir la extrema inteligencia y la absoluta exigencia artísticas del joven director finlandés.

Treinta y tres años más tarde, la percepción inicial se había convertido, hacía ya tiempo, en evidencia, e incluso en símbolo: Esa-Pekka Salonen es una de las personalidades más singulares del mundo que llamamos tan ingenuamente «música clásica»; la expresión podría provocar la sonrisa del músico que tantos hilos espirituales o materiales conectan con nuestro hoy, apasionado por las tecnologías (en cuanto permiten compartir y difundir la música) pero también ciudadano comprometido preocupado por los retos ecológicos, hasta el punto de crear a tal efecto el Baltic Sea Festival. Salonen graba hoy con Signum o Pentatone (la Perséfone de Stravinsky recién publicada), pero el cofre homenaje publicado por Sony en 2018 (The Complete Sony Recordings, 1985 a 2012) transciende lo que es indudablemente, una suma: traduce en efecto el compromiso, la consciencia y la ética, ya que la mayoría de este legado está dedicado al repertorio del siglo XX, moderno y contemporáneo (que incluye obras propias y de colegas suyos), todo ello sin exclusividad estilística alguna: Debussy al lado de Hindemith, Nielsen de Stravinsky, Bartók con Revueltas, Jolivet y Messiaen con Lutoslawski o Ligeti, Saariaho con Corigliano o Marsalis.

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