Sofisticación, humor, sensibilidad… son palabras habitualmente asociadas a la música de Henry Mancini. A los 23 años de su desaparición sigue siendo recordado como un compositor pop tan importante como influyente. Y ello se debe sin duda a que, más allá de las obras elegantes y ligeras por las que es especialmente admirado (Desayuno con diamantes, La Pantera rosa…), el artista supo mostrar al mismo tiempo la complejidad de su lenguaje sonoro en otras composiciones de carácter más atormentado.

«Eres el gato más guay y el más sensible de los compositores», escribía Audrey Hepburn al final de una carta dirigida a Henry Mancini tras el estreno de Desayuno con diamantes; (1961), la célebre película de Blake Edwards (1961). No ha habido compositor con mayor sensibilidad que este hijo de inmigrantes italianos nacido en Cleveland en 1924 y fallecido en Los Angeles en 1994. Y para convencerse basta con escuchar el tema central de ese film, Moon River, con su delicado lirismo, pero también las melodías de sonoridades sedosas y exquisitas de El gateque de Blake Edwards (1968) o el Tema del Inspector Clouseau , tan despojado, a la vez socarrón y melancólico, de La pantera rosa ataca de nuevo (1976 ), del mismo realizador.

Estos pocos ejemplos sirven para comprender el destacado lugar ocupado por el tándem Blake Edwards/Henry Mancini en la historia de la música cinematográfica a partir de 1958, cuando trabajaron juntos en la serie televisiva Peter Gunn. Se habían conocido un año antes: por entonces Mancini ya no estaba a sueldo de la Universal (donde fuera contratado en 1951 por Joseph Gerhenson como arreglista y compositor), y un día en que pasaba casualmente por la sala de peluquería de los estudios se cruzó con Edwards, quien le propuso componer la música de esa serie policíaca. La banda sonora estilosa y jazzy de Peter Gunn se convirtió en Disco de Oro y obtuvo dos nominaciones a los Grammy Awards, pasando a ser, por otra, parte, el primer gran éxito discográfico de la historia de las BSO. Después el dúo colaboraría en otra serie, Mister Lucky(1959), en la que Mancini quiso alejarse de la fórmula empleada en Peter Gunn: además de la sección de cuerda para envolver una melodía en extremo refinada recurrió a dos organistas de expresividad lacónica y enérgica, Wild Bill Davis y Buddy Cole.

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