El pianista rumano, que fue una de las grandes figuras del repertorio romántico alemán, acaba de fallecer a los 76 años.

Adorado por los melómanos de todo el mundo, Radu Lupu se negó a realizar grabaciones desde principios de los años 90, llegando incluso a reembolsar a su compañía discográfica y a comprar los masters de dos sonatas de Schubert con las que no estaba satisfecho, y cuya publicación había prohibido. El pianista rumano, fallecido el 17 de abril de 2022 en Lausana (Suiza), también se negaba a que se retransmitieran sus conciertos y nunca concedía entrevistas. Su actitud no era la de una estrella sino la de un hombre preocupado, atormentado y extremadamente complejo.  

Radu Lupu - Brahms Piano Concerto No.1 in D minor / Jukka-Pekka Saraste, FRSO (Video 1996)

Anson Yeung

  Radu Lupu era implacablemente exigente consigo mismo, vivía cada nota como si su vida dependiera de ella, y nunca estaba satisfecho con el sonido que producía: "El músico debe escuchar constantemente en su interior para ver si la luz, la sombra y el color están en el lugar correcto, tal y como los oye internamente", le había dicho su profesor en Bucarest. Lupu nunca olvidó este consejo fundamental, que ya había dado a su antiguo alumno Dinu Lipatti, e incluso lo convirtió en su modo de vida: tocar simplemente lo que está escrito, que es la cuadratura del círculo para un intérprete. Radu Lupu había reducido su repertorio en proporción inversa a su creciente madurez, conservando sólo un número muy reducido de compositores que tocaba incansablemente: Mozart, Beethoven, Schubert y Brahms. Con su aire austero de monje perdido en el escenario, encajado en su silla para conjurar su dolor de espalda crónico, parecía entrar en un segundo estado en cuanto tocaba el teclado, ignorando incluso al público que había acudido a escucharle. Con infinito conocimiento entregó bajos profundos, agudos bien timbrados, haciendo amplio uso del pedal, moldeando las curvas de la música como un escultor con los dedos en la arcilla. La alquimia se daba o no se daba, cuando por casualidad, en un mal día, la inspiración no le visitaba.  

Mozart Piano Concerto No23-1M (1/3) Sándor Végh Radu Lupu Vienna Philharmonic

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  Pianista de susurros y confidencias, Radu Lupu era cada vez más reacio a dar conciertos, aunque aún nos dejó una selecta discografía que data de la época en la que todavía aceptaba el juego de los medios de comunicación y el de los estudios de grabación, antes de que el "micrófono le convirtiera en un idiota", como decía en broma. En 2010, Decca publicó la integral de sus grabaciones, que incluye obras de Schubert y Brahms, y que nos sumerge en los sueños más lejanos y contemplativos. También lo encontramos tocando a cuatro manos con sus amigos Murray Perahia y Daniel Barenboim, con quienes compartía muchas ideas sobre la vida, la música y la política. De esta cosecha hay algunos conciertos: Mozart, Brahms, Grieg, Schumann. También es compañero ocasional de los violinistas Szymon Goldberg y Kyung Wha Chung. Si no puede embarcarse hacia una isla desierta, siempre puede llevarse su álbum dedicado al último Brahms al jardín secreto que a todos nos gustaría tener. Pero, ¿quién toca estas obras crepusculares (op. 79, 117, 118 y 119) como Radu Lupu? Su piano líquido, melodioso, susurrante y al límite del silencio, retuerce nuestras almas.

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