Nada volverá a ser igual, lo sabemos. Antes, los músicos grababan discos en el estudio, luego los tocaban en el escenario durante su gira y a veces concluían el ciclo con un disco en directo, para captar la energía y la emoción del encuentro con el público. Pero después, en los tiempos del Covid, los músicos se han visto privados del público (y viceversa). A falta de algo mejor, dieron conciertos confinados, retransmitidos en directo por Internet. Como Fleet Foxes, reducido a su cantante Robin Pecknold que, en diciembre de 2020 y mientras Nueva York estaba confinada, interpretó sus canciones solo y sin público en livestream en una iglesia de Brooklyn. Publicado hace unos días, A Very Lonely Solstice es la grabación de este concierto. ¿Por qué editar un año después este “falso” concierto, una actuación que no restablecerá ningún intercambio con el público, de la que nadie podrá decir “yo estuve allí”?
Fleet Foxes - A Very Lonely Solstice
Fleet FoxesQuizás, simplemente, porque es muy bueno y merece ser compartido. Tras una introducción celestial a cargo del Resistance Revival Chorus (al que encontraremos en algunos temas, incluso en una versión de Nina Simone), Pecknold sube a lo más alto, cantando canciones del álbum Shore y otras más antiguas con la guitarra acústica. Como colectivo adepto al folk-prog alucinógeno, Fleet Foxes se encuentran aquí en una versión concentrada. Nada que quitar ni en la composición de Robin Pecknold, ni en la solemnidad emocional de su interpretación, como un eco de la melancolía que se ha apoderado de todos los amantes de la música desde principios del año 2020...
