Tras el paréntesis de Automat (2019), una recopilación de caras B, demos, rarezas y grabaciones anteriores a su entrada en el sello Sub Pop, los Metz, más enfadados que nunca, vuelven con un cuarto álbum de estudio, desnudo y sin artificios, titulado Atlas Vending. Un verdadero puñetazo cargado de distorsiones agresivas. Alex Edkins, Hayden Menzies y Chris Slorach, creadores de un muro de sonido brutal y feroz, hacen malabarismos una vez más moviéndose entre los moratones del estilo hardcore de los 90 de Jesus Lizard y Shellac. Ante todo, se nota que la banda de Toronto no está dispuesta a estancarse. Edkins es consciente de esto: “El cambio es inevitable si le das una oportunidad. Nuestro objetivo es mantenernos en movimiento, crecer de forma natural y progresiva. Siempre hemos tenido cuidado de no pensar demasiado o intelectualizar la música que amamos, pero también procuramos no asentarnos hasta que hayamos logrado algo que nos haga avanzar.”
METZ / Blind Youth Industrial Park
Dylan PharazynLos 7 minutos 37 segundos de la enorma pista que cierra el álbum, A Boat to Drown In, con su final repetitivo y catártico, es uno de esos territorios vírgenes explorados por el trío canadiense. Ya en 2017, incorporaron este tipo de composición en su álbum Strange Peace. Pero los fans de Metz pueden estar seguros de que aún no ha llegado ninguna gota de agua para diluir el feroz destilado que ofrece la banda. Una radicalidad evidente desde el principio con Pulse, un primer tema con una rítmica estajanovista que no deja escapatoria. Y cuando se acerca una sombra pop, como en No Ceiling, es rápidamente aplastada...
Metz | Live at Trabendo
BlogothèquePor último, en cuanto a las letras, el cuadro pintado es tan oscuro y pesimista como siempre lo ha sido para los Metz, con temas que van desde la presión social hasta la adicción, pasando por el aislamiento, la alienación, la paranoia. En resumen, este Atlas Vending es un álbum abrumador, que debe evitar escucharse los domingos por la noche... © Marc Zisman/Qobuz
