Corea y Gadd vuelven al jazz fusión

Chick Corea y Steve Gadd vuelven a grabar juntos no únicamente para inscribir en los anales musicales un nuevo capítulo de su amistad, sino para reavivar la llama del jazz fusion de tonalidad funky característico de los 70, cuando el estilo imperaba, con todo lo bueno y todo lo malo que ello implicaba…

Para la ocasión, han reunido a una consistente plantilla integrada por el guitarrista y vocalista Lionel Loueke, el saxofonista y flautista Steve Wilson, el bajista Carlitos Del Puerto y el percusionista Luisito Quintero. La primera vez que los caminos de Corea y Gadd se cruzaron fue en 1965, cuando el pianista se unió por un tiempo al grupo de Chuck Mangione donde tocaba el batería. En los diez años siguientes Corea se convertiría en uno de los teclistas y compositores más influyentes de su generación. Por su parte, Gadd fue rápidamente reconocido como un puntal rítmico a la batería, acompañando por ejemplo a Paul Simon o Steely Dan. Y en 1972 Chick Corea decidió transformar su grupo Return To Forever, con el que hasta entonces había explorado la riqueza de las músicas brasileñas y latinas, en una formación de jazz rock donde Steve Gadd pasó a ser primer baterista. Pero sus innumerables compromisos como músico de sesión se revelarían incompatibles con una importante gira del conjunto, lo cual no le impediría, sin embargo, participar en la grabación de muchos álbumes de Corea, entre otros The Leprechaun de 1976, My Spanish Heart, hábil mezcla de jazz eléctrico y ritmos latinos (cuyos ecos se perciben a lo largo de Chinese Butterfly) y Three Quartets de 1981, que constituiría un verdadero giro en la carrera como compositor de Corea.

Cuando ambos músicos volvieron a finalmente a reencontrarse en el estudio de Chick Corea en Florida, a comienzos de 2017, la chispa saltó otra vez de inmediato, sumergiendo al compositor en un frenesí creativo que daría como resultado dos temas del calibre de Like I Was Sayin’ y Gadd-zooks. «Siempre me ha gustado componer y ver cómo Steve hace suyas las piezas, señala Corea. Cuando tocamos juntos estas composiciones, disfrutamos tanto que de inmediato se nos ocurrió la idea de montar un grupo». Y pese a estar acreditado como único compositor de la mayor parte de los ocho temas, Corea asegura que el disco es fruto de su trabajo común y que no hubiera sido posible sin la sensibilidad rítmica de Gadd. «Somos coautores, insiste el pianista. Yo escribo algunas líneas para que después Steve las estructure trabajando las secciones rítmicas. En mi música el ritmo lo es todo, puesto que sin emoción, sin ritmos marcados, no existiría.»

Una estrecha complicidad que se traduce en muchos pasajes palpitantes y de extraordinario virtuosismo. A destacar que Phil Bailey, mágico falsetto de la primera versión del grupo Earth, Wind & Fire, tiene una presencia importante en este disco de pertinente portada, donde los instrumentos de los músicos forman la imagen de una mariposa: los dos pianos las alas, y la batería la cabeza y el tórax.

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