¡No estaba solo la Motown! ¡Ni la Stax! Filadelfia aportó una tercera pata al soul, tan característica como original. Impulsado por el dúo compuesto por Kenny Gamble y Leon Huff, el Sonido Filadelfia, precursor de la disco music, puso en danza a Estados Unidos a comienzos de los 70, sumergiendo a sus seguidores en un delirio de seda y champán.

Para mucha gente el sello Motown fue el único dedicado a la música negra que en los 60 fue capaz de poner a bailar a todo el mundo. No es así. Y es que desde mediados de esa década y hasta 1976 cierto dúo de songwriters ofrecería su muy personal interpretación del soul y del funk. Con el Sonido Filadelfia (Philly Sound) Kenny Gamble y Leon Huff lanzaron ese soul y ese funk a la era del consumo de masas. Para ellos la melodía debía ser el motor del ritmo y no al revés. Una teoría aparentemente contradictoria con las sagradas enseñanzas del funk que, sin embargo, permitió a los músicos negros llegar por primera vez a amplios sectores del público blanco. Y Gamble & Huff construyeron el puente que llevaría posteriormente al funk al espacio de la disco music.

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