«DJ-Kicks es la más importante serie de DJ mixes de todos los tiempos.» O eso creen en Mixmag, la revista de referencia de la escena electrónica británica. Pero lo cierto es que hay consenso: desde 1995 el sello alemán !K7 no ha dejado de dar en el clavo a lo largo de más de sesenta referencias, donde los artistas más imprescindibles de cada momento nos han ido entregando sus nuevas mezclas. Pionero del género en una época en que este formato no gozaba de la popularidad de hoy, la compañía ha conseguido sacar el mix de los clubs y hacer llegar la música electrónica a un público más amplio.

Al frente de uno de los sellos independientes con más solera de Alemania (!K7 se creó en 1985), Horst Weidenmueller intentaría dar en la diana con una seminal serie titulada X-Mix, a la que pondría fin tras lanzar solo dos volúmenes al mercado (Paul Van Dyk en 1993 y Laurent Garnier al año siguiente), para dar paso en 1995 al primer DJ-Kicks, confiado a CJ Bolland, exquisito representante del vanguardista sello belga de dance music R&S. Los dos volúmenes siguientes, dedicados a Claude Young Jr. y Carl Craig, servirían para consagrar a la segunda generación techno de Detroit, a punto por entonces de invadir los platos de todo el mundo, al tiempo que el novedoso concepto de la colección recibía el espaldarazo de profesionales y aficionados. Y es que, en efecto, en lugar de una simple remezcla de los hits del momento, cada DJ-Kicks debe incluir obligatoriamente uno o más temas exclusivos del artista que lo realiza. Tal como explica Will Saul, responsable de elegir al productor invitado de cada DJ-Kicks desde hace cuatro años, «la idea era difuminar las fronteras entre un álbum de artista y el típico mix de DJ. Por aquel entonces se trataba de una propuesta completamente novedosa».

Además de esos temas exclusivos que la dotaban de incuestionable atractivo, la serie se planteó desde sus comienzos difundir los estilos más innovadores. Y en la década de los 90 no dejaban de surgir. Tras el techno de Detroit, todavía emergente, DJ-Kicks puso en su punto de mira el trip-hop y el acid jazz con Rockers Hi-Fi, Smith & Mighty y Nicolette, vocalista free-lance de Massive Attack que acababa de firmar con Talkin' Loud, el sello de Gilles Peterson; y eso sin olvidar el abstract hip-hop, representado por DJ Cam, único francés en la colección junto a Kid Loco. Una de las recopilaciones más interesantes y aclamadas por entonces fue la de Kruder & Dorfmeister, el dúo austriaco que reinventara el dub y que en 1996 se encontraba en la cresta de la ola. En 1998 un par de féminas, Kemistry & Storm, nos daban a conocer la evolución del jungle/drum’n’bass y de los nuevos breaks con patente inglesa.

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