En primer lugar, lo que hace original al grupo inglés Dry Cleaning, cuyo segundo álbum se titula Stumpwork, es su cantante Florence Shaw. No porque cante bien, sino precisamente porque nunca, o casi nunca, canta. En sus canciones habla, actúa y narra, sin levantar nunca la voz. Desapegada, con una voz más bien monótona, como si estuviera en su casa hablando sola o por teléfono, con un disco de indie-rock sonando de fondo. Shaw se convirtió en cantante de una banda por accidente, quizá sin saber que lo era. El antiguo arte de la palabra hablada (o slam), antes muy común en el free jazz o el hip-hop temprano, se aplica aquí al rock indie y da a Dry Cleaning su propia identidad.
Dry Cleaning - Don't Press Me (Official Video)
Dry CleaningSin embargo, el guitarrista Tom Dowse, el bajista Lewis Maynard y el baterista Nick Buxton, los otros tres miembros de la banda, no están aquí para actuar como acompañantes. Después del excelente primer álbum, New Long Leg, que tenía un sonido post-punk muy británico, Stumpwork se acerca más al slacker rock americano de principios de los 90, como Pavement, Sonic Youth o Breeders. Quizá Florence Shaw también haya visto muchas reposiciones de Daria en la MTV.
Dry Cleaning - No Decent Shoes for Rain (Official Video)
Dry CleaningPor supuesto, con este enfoque minimalista y lacónico de la composición, es poco probable que Dry Cleaning grabe un éxito que siga sonando dentro de veinte años. Pero hay algo tranquilo e inteligente en la ausencia de melodías y clímax vocales, que deja al oyente libre para imaginar los estribillos. En el rock y el pop, ya se ha cantado todo, se han explorado todas las melodías. Entonces, ¿por qué cantar?, parece preguntarse Florence Shaw, la no-cantante más talentosa y atractiva del momento.