El sello fundado por Berry Gordy cumple 60 años. Máxima referencia en materia de pop soul, fue una increíble fábrica de éxitos para Diana Ross, Marvin Gaye, Smokey Robinson, Stevie Wonder, Rick James y muchos otros. Motown comenzó su existencia gracias a sus singles, el formato más popular de la época. Pero a partir de 1965, se adapta a la llegada del álbum, el viejo LP (33 rpm) que transformará las carreras de algunos artistas de la casa y al propio sello en sí, que se autodefinirá como «el sonido de la joven América».

The Supremes – Where Did Our Love Go (1964)

El segundo álbum de The Supremes  es formalmente algo perfecto. Una pura joya de 30 minutos que reúne todos los principios de Motown, esta fábrica de hacer música en la que se exprime a los compositores, encerrados desde la mañana hasta la noche en sus estudios con el único objetivo de concebir éxitos, más éxitos y muchos más éxitos, y a los intérpretes, cuidadosamente seleccionados, expertos vocalistas, y capaces de llevar estas canciones al límite de la capacidad de sus voces. Coreografías estudiadas, looks controlados de pies a cabeza, letras poco comprometidas y centradas únicamente en las preocupaciones de los adolescentes (lo amo, él no me ama a mí, ¿por qué me dejaste?, ¿cuándo volverás?, tú eres mi razón para vivir, etc.), producciones muy cuidadas e instrumentaciones de ritmos formidables, todo listo para alumbrar el sonido Motown. Un característico sonido en cuyo núcleo el ritmo está marcado por los handclaps o, el vicio inconfesable de Berry Gordy, una simple pandereta. Por entonces, aunque el nombre de Diana Ross aún no aparecía en la portada, era su voz la que lideraba los proyectos. Proyectos escritos y producidos principalmente por un triunvirato infernal: Holland-Dozier-Holland. Un tres contra tres creado por Gordy y probablemente la idea más rentable de los primeros años de su sello. Para lograr esta perfección pop, la voz de Diana Ross resalta como en un sueño sobre la de sus cómplices Mary Wilson y Florence Ballard. Aunque se trata más bien de una recopilación de singles, Where Did Our Love Go también se saborea como un álbum con un principio, una parte media y un final. Una novela corta de soul pop inigualable.

Smokey Robinson & The Miracles – Going to a Go-Go (1965)

Desde 1960, Smokey Robinson, hijo de Detroit y de Motown se convirtió en la máquina de los éxitos del sello de Berry Gordy. Según dijo Bob Dylan, Robinson es «el mayor poeta vivo en los Estados Unidos». Pero, ¿cuál era la receta del líder de The Miracles? El amor por una forma de componer (¡más de 4000 canciones en su haber!), venerada tanto por The Beatles como por Michael Jackson. Porque Smokey escribe como respira, completando Shop Around, su primer sencillo millonario de 1961, en solo 30 minutos. «Siempre me concentro en escribir canción a canción, no tengo sólo la voluntad de sacar un disco». Más tendrá que luchar contra una violenta adicción a la cocaína («La vida está llena de tentaciones») aunque permanecerá siempre fiel al sello, incluso llegará a ser su vicepresidente («Cuando eres un artista de Motown, lo eres para siempre»). Publicado en noviembre de 1965, Going To A Go-Go será el primer LP de los Miracles firmado por Smokey Robinson & The Miracles, y servirá para poner de manifiesto la genialidad del hombre que firma o co-firma estos doce títulos de soul con tintes de pop y pequeñas motas de doo-wop. En sus sencillos The Tracks Of My Tears, Going To A Go-Go, My Girl Has Gone y Ooo Baby Baby, Smokey muestra una sensibilidad nada empalagosa, totalmente única. Sus palabras, con su precisión, representan con delicadeza del alma humana, tanto la de los hombres como la de las mujeres, tanto la de los negros como la de los blancos. Y tanto sus más tórridas baladas como los temas up tempo, como Going to a Go-Go, contienen todo lo que Motown sabía producir en ese momento.

Jr. Walker and the All Stars – Shotgun (1965)

No es fácil convertirse en una estrella con un nombre como Autry DeWalt Mixon Jr., especialmente cuando procedes de un agujero en lo más profundo de Arkansas... Pero como este sureño pasó su juventud recorriendo a pie las calles de su aldea, a diferencia de sus compañeros que lo hacían en bicicleta, será conocido por el apodo, más sexy, de Walker. Un caminante y, especialmente, un músico. De aquellos que gritan tanto su alegría como su desgracia en su saxofón. De entre estos honkers y screamers, como se les llamó, Jr. Walker fue uno de los más extravagantes durante los años 60, una década en la que su instrumento estaba perdiendo terreno en favor de la guitarra eléctrica y los teclados. Cuando se unió a Motown en 1962, Berry Gordy lo vio más como un campesino del sur que se desenvolvería bien detrás de las estrellas. No alcanzaba a imaginar que, tres años después, el Shotgun de Walker haría saltar la banca al llegar a lo más alto de las listas, seguido del álbum del mismo nombre. Una verdadera bomba menos depurada que otras producciones de la casa, esta música reivindicaba una rugosidad y un descaro casi sucio. Gracias a Jr. Walker, Gordy, a quien se acusó de haberse vuelto «demasiado blanco», demostró que sus raíces de blues y rhythm'n'blues y el alma del sur de los Estados Unidos todavía podían alimentar sus producciones.

Marvin Gaye & Tammi Terrell – United (1967)

Como si el cielo siempre tuviera un horizonte azul,Marvin Gaye y Tammi Terrell  cantaban de la mano mientras los Estados Unidos se tambaleaba hacia todos los lados. La guerra de Vietnam y la lucha por los derechos civiles parecían estar a años luz de las canciones de la pareja favorita de Motown. Un tándem únicamente profesional, convertidos en la respuesta del norte a los sureños Otis Redding y Carla Thomas de Stax/Atlantic. En este bien llamado United, donde se incluía el clásico Ain’t No Mountain High Enough, compuesto por Ashford & Simpson, Marvin and Tammi interpretan un impresionante «tango» vocal. A los 22 años, ella es una chica con una fuerte personalidad, capaz de cantar al mismo tiempo sobre la desconfianza o el amor. Él, seis años mayor, es un compañero completamente adecuado. Sería la suya una unión mítica que elevó el pop soul romántico a la categoría de arte. Pero dos meses después del lanzamiento del disco, el sueño se convierte en una pesadilla: Tammi se desploma en el escenario en pleno concierto. Se le diagnostica un tumor cerebral que acabará con su vida el 16 de marzo de 1970, con solo 24 años.

Four Tops – Reach Out (1967)

Para este cuarteto, el antes y el después tiene un nombre: Reach Out. Antes de este cuarto álbum de Four Tops, el líder Levi Stubbs y sus cómplices Abdul «Duke» Fakir, Renaldo «Obie» Benson y Lawrence Payton eran unos impecables crooners de R&B que mezclaban blues y gospel y que a menudo habían trabajado haciendo los coros para numerosos artistas de Motown, aunque ya tenían una buena tropa de fans. Posteriormente, la formación se convirtió en el grupo de pop soul más popular de 1967 gracias a empezar a trabajar con el equipo de ensueño del sello, Holland-Dozier-Holland... Entre las canciones originales (obviamente Reach Out I'll Be There, pero también Standing In The Shadows Of Love, Bernadette, I’ll Turn To Stone y 7 Rooms Of Gloom), las versiones (If I Were A Carpenter de Tim Hardin, Renée de The Left Banke, Cherish de The Association), y dos éxitos de The Moonkies (Last Train To Clarksvilley I’m A Believer), Four Tops se convierten en un proyectil de éxitos lanzado a mil por hora. La poderosa voz de barítono de Stubbs, expresiva al máximo, es obviamente la fuerza motora de esta obra maestra que mezcla soul, pop, rhythm'n'blues, doo-wop, gospel y rock.

Crea una cuenta gratuita para seguir leyendo