Schmitt: Symphony No. 2 & Suites from Antoine et Cléopâtre

Presentación del Álbum

Con apenas treinta años, Florent Schmitt era ya célebre por sus partituras rebosando vigor orquestal como La Tragedia de Salomé o el Salmo 47. Desgraciadamente, la riqueza de estas obras oscureció un tanto el resto de su producción –sin embargo igualmente rutilante– escrita durante el medio siglo que le quedaba por vivir, con una energía creadora intacta hasta la Segunda Sinfonía compuesta a la edad de ochenta y siete años. La obra inicial que sirvió de base para ambas Suites de Antonio y Cleopatra grabadas en este álbum era una de aquellas extravagancias organizadas en París por Ida Rubinstein, una mujer de un increíble (y fría) belleza sublimada par una gran riqueza; y no dudaba en hacer alarde de ambas, la belleza y la fortuna, particularmente en escena. Llegada a París con Diaghilev, recobró rápidamente su libertad y en junio de 1920, se apoderó de la Ópera de París para cinco representaciones de gala de Anthony and Cleopatra de Shakespeare, al lado del resplandeciente actor Édouard de Max, en una nueva traducción encargada a André Gide. Los títulos de los seis movimientos de las Suites de Schmitt describen en música momentos de la acción.

Treinta y siete años más tarde, en 1957, Schmitt completaba su Segunda Sinfonía, su última gran obra. A la edad de ochenta y siete años, el compositor conservaba todo su vigor y su brío, su sofisticación rítmica y su refulgente orquestación. Esta sinfonía no es en absoluto un adiós al mundo sino la guinda del pastel, que tuvo el placer de oír dirigida por Charles Munch, dos meses antes de desaparecer. Curiosamente, es la única obra de Schmitt que puede realmente llamarse sinfonía ¿entonces por qué este número dos? Dos obras podrían si acaso aspirar al título de «Primera»: su Sinfonía concertante para piano y orquesta de 1931, o incluso Janiana para cuerda, compuesta diez años más tarde, pero es una mera suposición. Puede que esta numeración fuera la última travesura de un venerable compositor en el crepúsculo de una larga existencia. © SM/Qobuz