Oratorio (Caldara, Bononcini, Gasparini, Porpora...)

Presentación del Álbum

Con este nuevo opus discográfico, Thibault Noally y su conjunto Les Accents realizan un retrato (¡sonoro!) del oratorio, en el cruce de los siglos XVII y XVIII y según cuatro escuelas estilísticas –Nápoles, Roma, Venecia y Viena– representadas por Scarlatti padre, Caldara, Porpora, Bononcini y Gasparini. Del rezo al furor, de los fuegos de artificio vocales al recogimiento, las arias elegidas son perfectos ejemplos de equilibrio entre la calidad del material musical, la tensión dramática del texto y el sentimiento de fervor. El «oratorio», en la esfera de influencia de la Contrarreforma, vuelve a los textos sacros, mezclando así la práctica artística con la meditación religiosa. Las primeras formas musicales desarrolladas privilegian el empleo del «hablar cantando», llamado luego «recitativo», y del continuo. De hecho, pocas cosas diferenciaban entonces el oratorio de la ópera. Tampoco podemos siquiera afirmar que el oratorio prescindía de representación visual, dado que en Nápoles, Roma y Viena, solía interpretarse con vestuario y decorados suntuosos. En cuanto a las formas musicales, el oratorio sigue el ejemplo de su hermana escénica: a finales del XVII, el recitativo cede poco a poco el paso a otras formas más elegantes como el aria, rica en da capo, coloraturas y ornamentos. El oratorio ofrece sobre todo la oportunidad de oír a buen precio a muy grandes cantantes que, por varias razones, no pueden subir en el escenario: en Roma, cuando los papas decretan el cierre de los teatros –que favorecen, según ellos, el libertinaje e incluso la prostitución– e impiden a las mujeres cantar en la iglesia, todos (y todas) acuden en masa a los palacios de los príncipes y de los prelados para aplaudir a las bellas. En Nápoles, los cuatro grandes conservatorios están a punto de irrigar la vida musical de toda la Península, ofreciendo representaciones de oratorios y permitiendo así a sus alumnos adquirir experiencia ante el público. En Venecia, los cuatro ospedali destinados a las jóvenes huérfanas preservan, bien es cierto, su pudor tras finas telas de seda, pero no las impiden entonar abundantes arrullos a cuál más sexy. Roma, Nápoles y Venecia se afirman por tanto como las patrias originales del oratorio, a las que se suma Viena, bastión del catolicismo en el corazón del territorio germánico: gracias a los subsidios de los emperadores, esta última ciudad contrata a los mejores libretistas y compositores formados en Italia. Compuestas en una época de transición, las obras aquí grabadas perpetuán hasta la mitad del siglo XVIII la vena retórica del XVII. © SM/Qobuz

Detalles de la grabación original : Recorded October 2017 in the Saint Peter's Lutheran Church (Street Manin in Paris)