J.S. Bach : Sonatas for flute and harpsichord

Presentación del Álbum

La hermandad Hantaï –Marc tocando el traverso y Pierre el clavecín– nos ofrece aquí todo lo que Bach compuso «realmente» para la flauta y el teclado, obviando por tanto las obras de dudosa atribución. En comparación con el violín –con sus seis Sonatas y Partitas para violín solo y sus seis Sonatas para violín y clavecín obligado– la flauta travesera solista podría asemejarse a una cenicienta en casa del Kantor. Pero no hemos de olvidar que se trataba de un instrumento muy reciente, venido (por segunda vez) de Francia (donde se llamaba «flauta alemana»), y que Bach solo empezó a utilizar en sus cantatas hacia los años 1721-1722, por tanto su repertorio propio era algo escueto. Estas cuatro sonatas no son en nada una recopilación: faltan dos para llegar a la sacrosanta cifra de seis, y fueron además compuestas a lo largo de una veintena de años. Claro, podríamos sentirnos tentados de ver en estas sonatas una estructura equilibrada y simétrica concebida por el Ordenador (el hombre, no la máquina) –dos sonatas con clavecín obligado (BWV1034 y 1035), dos con bajo continuo, (1030 y 1032), dos en tonalidad menor, dos en tonalidad mayor, dos en tres movimientos, dos en cuatro, dos en Mi, y dos a una distancia de quinta ascendente o descendente de este Mi central, etc.– pero todo ello parece seguramente fortuito; forman más bien una familia «recompuesta» a posteriori. En cambio, estas obras para flauta tienen en común un gran número de incertidumbres en cuanto a su cronología, fecha de composición, destinatario, forma e instrumentación originales, gestación. Por tanto, solo le queda al oyente el placer de escucharlas, aquí tocadas con una flauta basada en un modelo del bruselense Joannes Hyacinthus Rottenburgh (primera mitad del siglo XVIII) y un clavecín basado en un Mietke berlinés de 1702. © SM/Qobuz

Detalles de la grabación original : Recorded Haarlem (The Netherlands), September 2016