La discreta neoyorquina de la voz de oro regresa con un noveno álbum muy íntimo.

Aparte de un “álbum navideño” a finales de 2021, I Dream of Christmas, que (¡con clase!) sacrificaba todos los clichés de este ejercicio de estilo tan popular en Estados Unidos, y de su versión, unos meses más tarde, del clásico de Leonard Cohen Steer Your Way en el marco del bonito álbum coral organizado por Blue Note en su honor (Here It Is: A Tribute to Leonard Cohen), Norah Jones ha tendido a pasar desapercibida en los últimos años.

Su carrera discográfica se ha centrado en las suntuosas reediciones de lujo de dos de sus álbumes más emblemáticos: el inaugural Come Away With Me (2002), con el que la cantante de 22 años sancionó la modernidad de su música, oscilando con gracia entre el jazz, el pop y la americana; y Little Broken Hearts, que diez años después marcó un claro giro en su estilo hacia una especie de folk-rock mezclado con pop melancólico de rasgos más afilados.

Para hacerse una idea de la dirección que tomó su música durante este relativo retiro, hay que remontarse al álbum Pick Me Up off the Floor, publicado en Blue Note en 2020. Una especie de compilación depurada de temas de sesiones dispares con músicos de estilos muy distintos (desde Jeff Tweedy, de la banda Wilco, hasta el omnipresente batería Brian Blade y Jessie Murphy, de los Brazilian Girls, al bajo), Pick Me Up off the Floor, sin dejar de ser fiel al eclecticismo estético que siempre ha estado en el corazón de la poética de la compositora, regresó a la sofisticación del folk jazz de sus inicios, tanto en los arreglos como en la composición. El álbum encuentra su unidad en la belleza lánguida de una especie de melancolía que refleja los tormentos del paso de los años cuarenta.

No ocurre lo mismo con Visions, cuyos ambientes alternativamente lánguidos y juguetones y colores orquestales deliberadamente crudos suenan en muchos sentidos como un renacimiento personal y creativo. Concebido en estrecha colaboración con el productor y multiinstrumentista Leon Michels, figura clave del renacimiento del soul de los últimos 20 años (cofundador de Truth & Soul y Big Crown Records; miembro de Sharon Jones & The Dap-Kings; líder del proyecto El Michels Affair), el álbum sorprende inmediatamente por su carácter minimalista y su sonido crudo, casi de garaje. La mayoría de los temas se escribieron y compusieron a dúo, con Norah Jones al piano y la guitarra y Leon Michels a la batería, durante jam sessions.

En algunos temas se añadió una banda más completa, pero la frescura y espontaneidad esenciales permanecieron intactas. El álbum alcanza su clímax emocional en el tema I Just Wanna Dance, una especie de profesión de fe hedonista en la que Norah Jones, al piano Wurlizer, apoyada por el groove imparable de la batería de Homer Steinweiss y los discretos riffs de la sección de viento, repite varias veces en una especie de espiral lánguida su deseo de entregarse a la embriaguez del baile. A la vez ingenuo y melancólico, profundamente personal tras sus seducciones melódicas y la sofisticación minimalista de sus arreglos, Visions es quizá el álbum más íntimo de Norah Jones.

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