El único disco doble de los Beatles, comúnmente conocido como “The White Album”, ha cumplido cincuenta años, y para celebrarlo se edita una versión generosamente extendida que incluye numerosos inéditos. Repasamos el complicado proceso de confección de un disco no menos complejo.

Cuando deciden viajar a la India en febrero de 1968 para seguir las enseñanzas del Maharishi Mahesh Yogi los Beatles se encuentran en la cima del mundo. En 1967, que ha pasado a la historia como el año del triunfo de la psicodelia (estilo que contribuyen a modelar en gran medida en 1966 con su álbum Revolver y piezas como Tomorrow Never Knows o Love You To), sorprenden a sus seguidores con el single Strawberry Fields Forever/Penny Lane y con el film Magical Mystery Tour, cuya banda sonora contiene la formidable I Am the Walrus. Y eso por no hablar, claro está, del disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, considerado desde el momento de su aparición (y aún hoy) como el mejor álbum pop de todos los tiempos. Por entonces inauguran también una tienda de moda y un sello, bautizado como Apple Records. Nada parece imposible para esos melenudos que han adquirido estatuto de genios y cuyas magníficas composiciones son versioneadas, entre otros, por grandes músicos de jazz.

Pero en 1968 los Beatles se han hartado de la psicodelia, mientras en Estados Unidos grupos como The Band o Creedence Clearwater Revival se disponen a finiquitar un género que, pese a no durar más que unos meses, se recordará como la mejor y más abigarrada ilustración sonora de esa época. En la India los Beatles se relajan, meditan un poco y componen muchas canciones. Su amigo Donovan (también presente en el famoso ashram de Rishiskesh, junto con Mike Love de los Beach Boys o la actriz Mia Farrow y su hermana pequeña, Prudence, así como las respectivas compañeras de los cuatro integrantes del grupo), les muestra los rudimentos de esa técnica denominada guitar picking. Lennon se servirá de ella en Dear Prudence y Julia, y McCartney en Blackbird y Mother Nature’s Son. A decir verdad, escriben tantos temas que un día Harrison, muy interesado por el magisterio del Maharishi, se enfada: “¡Hemos venido aquí a meditar, no a trabajar en un álbum!” Pero la estancia se torna pronto en decepción, cuando Lennon comienza a preguntarse si acaso el Maharishi no será un timador, al tiempo que empiezan a circular ciertos rumores: al parecer el viejo santón ha intentado abusar sexualmente de varias de las mujeres. Por si fuera poco, un dramático suceso les deja conmocionados: la muerte de su fiel manager y descubridor, Brian Epstein, a causa de una sobredosis.

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