Bill Frisell, alma en las cuerdas

Al no ser la guitarra uno de los instrumentos más habituales del jazz, sus emblemas revolucionarios resultan lógicamente escasos. Bill Frisell es por supuesto uno de ellos. Año tras año (su carrera se extiende a lo largo de cuatro decenios) y álbum tras álbum (¡más de cuarenta a su nombre y unos trescientos como colaborador!), el músico norteamericano se ha ido imponiendo como una presencia singular, una de las más influyentes de los últimos veinte años. Frisell se desmarcó enseguida de sus influencias, abordando de modo siempre harto reconocible un número alucinante de géneros y repertorios. Post bop, free, noise, rock, country, música de los 50, da igual qué estilo transite, qué tema interprete, pues su toque, maneras, sonido y gramática no dejan de ser inconfundibles. 



Music IS, sin embargo, no debe entenderse como un disco más, pergeñado con el único propósito de ampliar su discografía. El artista, a quien gusta de dialogar con sus pares, ha decidido aquí expresarse en solitario, algo a lo que no es en absoluto aficionado: en muchas entrevistas ha confesado que le costó atreverse a entrar en un escenario vacío, algo que únicamente consiguió tras muchos años de carrera… Pero el origen de Music IS hay que buscarlo, antes que nada, en su deseo de interpretar, tanto a la guitarra acústica como a la eléctrica, sus propias composiciones. Tras tocar múltiples composiciones ajenas, Frisell ha confeccionado un repertorio a partir de temas nuevos y de otros escritos anteriormente, a los que no se había enfrentado desde hacía mucho.

Escuchar estas quince piezas de un tirón supone tanto como viajar por entre los cromáticos meándros del cerebro de un músico fuera de serie. Depurando hasta el extremo sus fraseos, al igual que su maestro Jim Hall, sirviéndose de un timbre saturado para recorrer con su particular e impresionista visión los numerosos caminos de la música americana, Frisell nos entrega una serie de improvisaciones impulsadas por la belleza. Y pese a su apariencia de disco testamentario, Music IS es la obra de un artista más vivo que nunca. Sin duda, estamos ante uno de sus álbumes más atractivos.

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