Las hermanas Katia y Marielle Labèque vuelven con la “Trilogía de Cocteau”. El programa presenta elegantes transcripciones para dos pianos de las suites operísticas “Orphée”, “La Belle et la Bête” y “Les Enfants terribles” de Philip Glass.

Era uno de los discos más esperados del año. Hay que decir que Cocteau Trilogy reúne todos los ingredientes para ser el álbum emblemático de 2024. En primer lugar, las hermanas Labèque, “las niñas terribles” del piano a cuatro manos, que no necesitan presentación. Desde su debut discográfico en los albores de la década de 1970, cuando aún no habían cumplido los 20 años, Katia y Marielle Labèque han optado por no asentarse nunca en un registro o género concretos. Se sienten tan cómodas con Messiaen -que participó en la realización de su primer álbum, Vision de l’Amen- como con Joplin, Stravinsky, Debussy... y Philip Glass.

Glass ocupa un lugar central en esta trilogía de Cocteau. A mediados de los años 90, el compositor estadounidense, pionero de la música repetitiva pero ya muy emancipado de ella, compuso una serie de obras inspiradas en las obras del dramaturgo Jean Cocteau. Una mirada afectuosa a Francia, donde Glass se había instalado entre 1964 y 1966 para formarse con la gran maestra Nadia Boulanger. Varias adaptaciones de estas obras se han realizado como suites para piano, en particular por Paul Barnes y Dennis Russell Davies.

En 2021 las hermanas Labèque, amigas del compositor y buenas conocedoras del repertorio contemporáneo, estrenaron las suites para dos pianos de la ópera de cámara Les Enfants terribles en una serie de conciertos. El éxito fue inmediato. A los pianistas y al compositor se les ocurrió la idea de un programa completo para inmortalizarlo en disco. Tres años más tarde, ¡aquí está la Trilogía de Cocteau!

Como de costumbre, Katia y Marielle Labèque asestan un golpe sonoro gigantesco desde los primeros segundos de la Suite Orphée, que abre el álbum con un tiempo particularmente enérgico. Sus ataques directos y precisos son inmediatamente reconocibles, atrapan al oyente y no lo sueltan hasta el último segundo. Pero un álbum de las hermanas Labèque no sería un álbum sin una hábil alternancia entre potencia y dulzura, entre explosiones de color y sobriedad de ejecución, equilibrando perfectamente el material en beneficio del placer auditivo.

En este sentido, la escritura de Philip Glass, su sentido de la modulación armónica y de la simetría de los acordes, se funden perfectamente con la técnica pianística de los intérpretes. Entre la tristeza y la pasión, la cólera y la contemplación, Cocteau Trilogy es un álbum proteico que renueva sus emociones a cada segundo. Y hace un inmenso honor tanto al compositor como a sus intérpretes.