Schubert: Symphonies 1 & 6

Presentación del Álbum

¿Hemos de decir que la Primera Sinfonía de Schubert es la obra de un chaval de dieciséis años? Cuesta imaginarlo: instrumentación, forma, audacias armónicas, temática ya riquísima y esta alternancia entre la tragedia y el desenfado que lo caracterizará tanto... todo Schubert está ya en esta sinfonía, y no solo en ciernes. Claro, Beethoven ronda no muy lejos, al igual que Mozart o Haydn, pero el lenguaje personal de Schubert sobresale en todo momento. René Jacobs y la Orquesta B’Rock –basada en Bélgica y que no se dedica, a pesar de su nombre, solo al barroco ya que navega hasta Pärt– ofrecen una lectura trepidante, subrayando los constantes contrastes con brío. El álbum prosigue con la Sexta, la «pequeña» en do mayor de 1817-18 (en oposición a la inmensa, «Grande», es decir, la Novena), que revela la influencia de Rossini cuya música empezaba a triunfar en Viena. Pero, una vez más, la energía que desprende la obra lleva el sello schubertiano, sin hablar de la arquitectura ya casi monumental, inherente a las últimas obras maestras. Los B’Rock y Jacobs ponen en relieve su esencia teatral con un deleite constante y... ¡contagioso! © SM/Qobuz