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Presentación del Álbum

El nuevo Tiersen ha llegado, más bien se ha revelado, ya que, tras un primer acercamiento con Kerber, en 2021, el bretón se sumerge de lleno en la música electrónica con este 11 5 18 2 5 18. Un disco compuesto casi por azar mientras preparaba su aparición en el Superbooth, una feria berlinesa dedicada a los sintetizadores e instrumentos electrónicos. A los mandos de su sintetizador modular, Yann Tiersen se dedicó entonces a remezclar las pistas de Kerber con otros extractos de Dust Lane, su álbum de 2010 que supuso su despedida de la música al estilo Amélie Poulain. El resultado es un álbum increíble que oscila libremente entre el neoclásico, el synthpop, la electrónica y el techno. Y, como suele ocurrir con Tiersen, es hermoso, conmovedor, sutil, sofisticado e ingenuo al mismo tiempo.
En definitiva, un golpe maestro para el productor que vive alejado del mundo en la isla de Ouessant. Los títulos de las canciones son disparatados, pero no se pierda el 1 18. 13 1 14 5 18. 11 15 26 8 (pista 3), con ese irresistible truco que hubiera merecido una versión extendida, el onírico y ronco 11 5 18. 1 12. 12 15 3 8 (pista 2), o el hipnótico 3 8 1 16 20 5 18. 14 9 14 5 20 5 14 (pista 5). Y, por supuesto, el final, 13 1 18 25 (6 5 1 20. 17 21 9 14 17 21 9 19), que versiona su canción Mary, originalmente cantada por Elizabeth Fraser de los Cocteau Twins y esta vez versionada de forma igual de conmovedora por su esposa Émilie Tiersen, alias Quinquis, para un remake en forma de éxito synthpop. Tiersen, sin ser Tiersen, crea un disco absolutamente fantástico que gustará a los fans, a la espera de los convertidos. © Smaël Bouaici/Qobuz