Mozart : Sonatas for Fortepiano and Violin

Presentación del Álbum

Cuando Mozart compuso sus primeras sonatas para violín y teclado, en 1778, se solía escribir sonatas para piano con acompañamiento de violín, siendo la parte de violín algo modesta, lo bastante para no ahuyentar a los compradores de estas partituras: los aficionados ilustrados. Pero Mozart no se somete a esta rutina y explora un mundo nuevo, el de los verdaderos dúos que tratan ambos instrumentos con una importancia igual. Con todo, evita también el exceso inverso que consistiría en desarrollar unos casi-conciertos para violín donde el piano tendría el papel de mero acompañante. El compositor crea por tanto el equilibrio perfecto entre ambos cómplices, en este caso la violinista Isabelle Faust y Alexander Melnikov tocando el piano; más bien el fortepiano, copia de un instrumento vienés de 1795 firmado por Anton Walter. El equilibrio sonoro gana en perfección dado que, demasiado a menudo, el «peso» del piano moderno prevalece, a menos que el violinista fuerce su instrumento. Escuchamos aquí dos sonatas escritas en París, poco después de la muerte de la madre de Mozart que lo había acompañado en este viaje, y otra, de 1787, escrita en la estela de la muerte de Leopold Mozart; sin embargo, el compositor parece sonreír siempre, aun cuando su sonrisa esté teñida de una tierna nostalgia, en la Sonata en mi menor K. 304. © SM/Qobuz