Messiaen: Catalogue d’oiseaux, I/42

Presentación del Álbum

¿Puede el título influir en el intérprete cuando aborda la obra? Sea como fuere, las dos obras maestras pianísticas supremas de Messiaen llevan títulos que sugieren experiencias musicales muy diferentes: Veinte miradas sobre el Niño Jesús (1944) está sumida en el fervor religioso y la contemplación, mientras el Catálogo de pájaros (1956–1958) evoca una obra con referencia ornitológica. Tal vez… El compositor dijo a Claude Samuel: «Intenté expresar con exactitud el canto del pájaro tipo de una región, rodeado por sus vecinos de hábitat, junto con las manifestaciones del canto en diferentes horas del día y de la noche». Con todo, proseguía describiendo una dimensión más expresiva y poética de la obra. De hecho, los cantos de pájaros van «acompañados por el material armónico y rítmico de los perfumes y colores del paisaje donde vive el pájaro», teniendo en cuenta la imposibilidad de transcribir «exactamente» para ningún instrumento humano la increíble rapidez de los cantos de pájaros. Pudimos imaginar que la idea de «reproducción sonora» estaba en el centro de la concepción del Catálogo de pájaros pero lo que escuchamos ante todo en la obra acabada es a un gran compositor, maestro de las estructuras innovadoras, encontrando una gama sorprendente de sonoridades pianísticas. En otros términos, a pesar de su título, el Catálogo de pájaros no es de ninguna manera un sencillo documental musical, sino una serie de poemas musicales explorando los pájaros y otras maravillas naturales – en este caso de Francia, dado que los deliciosos volátiles fueron anotados en el Hexágono. De la (diabólica) partitura, Pierre-Laurent Aimard da una lectura híper-precisa y a la vez rigurosa, y sin embargo tan poética e inspirada que el pianista parece tocar al dictado ornitológico. © SM/Qobuz