Lump

Presentación del Álbum

No es ningún secreto que los extremos se atraen, y muchas veces para dar lo mejor de sí mismos. Lump surgió a partir del encuentro entre Mike Lindsay, del grupo Tuung, y Laura Marling, destacada vocalista británica de folk. Una curiosa mixtura que sorprende de entrada pero que enseguida se antoja indispensable. Se conocieron en un concierto de Neil Young y se confesaron su mutua admiración. Así que ella se puso a componer unos temas y al poco estaban planificando las sesiones de grabación, para comenzar una colaboración a distancia que se alargaría durante muchos meses. Dos años después, Lump se da a conocer con su primera criatura, un álbum que parece un diario de viajes realizados por un dron. ¿A alguien se le ocurre algo más moderno que eso? Desde el primer corte se percibe un zumbido electrónico bastante inquietante, responsabilizándose mayormente Marling de aportar potente sentido musical con una voz que casa muy bien con esas texturas sintéticas, y que proporciona al proyecto cierta ligereza. De ese modo nos guía sin esfuerzo en esta travesía cósmica y luminosa –como si se tratara de una excursión alrededor del sol–, utilizando como nave sideral un sintetizador de sonoridades ochenteras. Progresivamente la aventura se complica y se desarrolla entre claroscuros, sumergiéndonos en el más hermoso caos. Escuchamos por ahí unas flautas de timbres variados, sustituidas a continuación por una predominante guitarra eléctrica en Curse Of The Contemporary y por las envolventes percusiones electrónicas de Hand Hold Hero. Pero los siete temas despliegan un hechizo similar al de Marlène Dietrich en La venus rubia,¡repentinamente teletransportada al universo virtual de Tron! Lo que supone tanto como expresar que uno solo piensa en repetir. Pero aún habría que hablar de la mutación completa de Marling. Y es que en el último corte recita los créditos del disco con una voz robótica que se apaga con estas palabras finales: Lump is a product. © Clara Bismuth/Qobuz