Live In Reykjavik (Live)

Presentación del Álbum

En mayo de 2009, poco después de la aparición de su tercer álbum, Lhasa, en compañía de los músicos que la ayudaran a alumbrar aquella nueva colección de perlas, ofrecería unos cuantos conciertos como preámbulo a una prevista gira a realizar seis meses después. Joe Grass a las guitarras, Sarah Pagé al arpa, Miles Perkin al contrabajo y Andrew Barr a la batería forman con la cantante un bloque orgánico de contrastada coherencia. Como es natural, el repertorio concede un importante lugar a los temas de aquel reciente Lhasa. Nueve canciones de las catorce, más o menos, que suenan de manera similar que en la grabación en estudio, con cierta tendencia a ralentizar el tempo, como se descubre especialmente en 1001 Nights, lo que refuerza su atmósfera tenebrosa. El grupo recupera también temas más antiguos, aportando un ritmo entrecortado y jazzy a Con Toda Palabra, de The Living Road, y metamorfoseando el célebre De Cara a la Pared que abría La Llorona mediante una extensa y abstracta introducción. O aplicando tratamientos andinos a Par El Fin Del Mundo , privilegiando el uso del charango y el arpa. Lo cual puede darnos una idea de los futuros proyectos de la artista, que deseaba homenajear a dos iconos latinos como Violeta Parra y Victor Jara. Como novedad en su discografía, una magnífica versión del standard de Sam Cooke A Change Is Gonna Come con algunas traviesas intervenciones de Lhasa, que hace restallar a veces su risa contagiosa entre tema y tema. Resulta difícil aceptar, escuchando tanta explosión vital, tanta sensibilidad, que estaba ofreciendo su último concierto antes de su fallecimiento unos meses después, a consecuencia del cáncer, con solo 37 años. © BM/Qobuz