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Presentación del Álbum

Cuando The New Pornographers se toman unas vacaciones Dan Bejar se transforma en el demoledor Destroyer. Y a sus 45 primaveras el canadiense parece anteponer en muchos casos su compromiso con esta formación que fundara en un ya lejano 1995. Y que, con una trayectoria que suma ya de doce álbumes, sigue dando guerra. Él, que es capaz de atacar con igual solidez tanto el pop barroco como ese jazz desarticulado marca de la casa, se sumerge decididamente con Ken en un espacio modulado por los más exquisitos tratamientos electrónicos. Admirador confeso e irredento de The Cure, no resulta difícil descubrir aquí sonoridades que parecen evocar directamente las de la banda de Robert Smith, aunque la voz de Bejar sea, felizmente, muy distinta. Una voz, extraña y poco convencional (tiene algo de Robyn Hitchcock e incluso del Ian Hunter periodo Mott The Hoople), que aporta la diferencia cualitativa al proyecto Destroyer. Y que supone siempre el perfecto contrapunto al universo musical configurado por los sintetizadores y teclados vintage que maneja con consumado arte. Producido por Josh Wells de Black Mountain, este duodécimo álbum de Destroyer exhibe también una inédita evanescencia melódica. Una sensación dichosa que los anteriores trabajos de Destroyer no ofrecían en dosis tan elevadas. © CM/Qobuz