Con “Kerber”, una magnífica combinación de sonidos acústicos y electrónicos, el músico bretón firma un undécimo álbum dedicado de nuevo a la isla de Ouessant...

Desde que abandonó, con el álbum Dust Lane (2010), la vía “tradicional acústica bretona” que le había hecho –con razón– único y exitoso desde su debut en los 90, Yann Tiersen ha pasado la última década probando nuevas exploraciones sónicas. Como a un artesano, a Tiersen le gusta jugar con las texturas, y no lo oculta. Durante los últimos diez años, cada nuevo álbum ha sido un patio de recreo para él, una oportunidad para volver a lanzar los dados creativos. Durante este período, hemos tenido lo mejor, el sonido deliciosamente sucio con acentos de post-rock de Skyline (2011), así como lo peor, el incomprensible Infinity (2014), que mezcla una plétora de influencias hasta el punto de la indigestión. Pero eso es lo bueno de la investigación experimental: hay que sufrir unos cuantos fracasos para encontrar la mezcla perfecta, ¿no?  

Introducing, Yann Tiersen: Kerber – The Film

Yann Tiersen

  Digámoslo directamente: Kerber es una pepita de oro. Grabado para la ocasión en Ouessant, la isla elegida de Tiersen, donde el músico tiene su propio estudio de grabación, L’Eskal, el álbum es mucho más que el gran regreso del compositor. También es el inicio tremendamente emocionante de un nuevo capítulo en su viaje musical. Parece que aquí Tiersen ha encontrado el equilibrio perfecto entre todos los elementos que caracterizan su firma: ritornelos de piano ingenuos y embriagadores, canciones vernáculas, capas electro, sonidos ambientales grabados directamente en el exterior...  

Yann Tiersen - Poull Bojer (Official Video)

Yann Tiersen

  Nunca antes todos estos ingredientes se habían fusionado de forma tan perfecta. El músico construye piedra a piedra un nuevo territorio sonoro de una pureza sorprendente. En efecto, es la noción de territorio la que atraviesa su obra. En el sentido geográfico, en primer lugar, con Bretaña y su infinidad oceánica, siempre presente en el fondo; pero también un territorio más físico, más sensorial. En este sentido, uno se queda sin palabras por el especial cuidado que se ha puesto en la grabación de la parte del piano, ya que se puede sentir toda la materia viva del instrumento: el aliento del pedal, el rebote de los martillos, la resonancia de las cuerdas. Una suntuosa ambientación que permite a la parte electrónica extender libremente las melodías evocando horizontes entre el cielo y el mar. En estas condiciones es difícil resistirse a la llamada del océano. Así que antes de zarpar y unirse a la espuma, tómese al menos el tiempo de escuchar Ar Maner Kozh, que es sin duda el punto culminante de este Kerber. © Pierre Lamy/Qobuz

ESCUCHE "KERBER" DE YANN TIERSEN EN QOBUZ

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