¡Neil Young en todas partes!

Un nuevo disco de puro rock’n’roll roots con Crazy Horse (Barn), una cruzada contra la mediocridad de la calidad de sonido de su catálogo en la mayoría de los servicios de streaming (excepto Qobuz que recomienda encarecidamente), un divorcio con Spotify a raíz del podcast antivacunas de Joe Rogan y además el 50º aniversario de su obra maestra Harvest, publicada el 1 de febrero de 1972: ¡Neil Young está en todas partes! A sus 76 años, The Loner se divierte haciendo malabares con los valores que defiende desde la noche de los tiempos y sigue tan motivado por la creación como siempre, como demuestran sus habituales lanzamientos de nuevos discos. Publicaciones estimulantes y nunca irrelevantes, pero rara vez al nivel de la famosa Harvest...  

  Para el público en general, pero también para muchos de sus fans, Harvest sigue siendo la cumbre de su rica discografía de los años 70. Sobre un fondo de country-rock y folk que no puede ser más melancólico, el arte de Neil Young brilla con mil luces a lo largo de este cuarto álbum. Una especie de Grial hippie bucólico y rural, el álbum, que en ocasiones expone su tumultuosa relación con la actriz Carrie Snodgress, madre de su primer hijo Zeke, y que también ofrece impresionantes zonas grises como The Needle And The Damage Done, balada sobre la adicción a la heroína de su guitarrista Danny Whitten, quien murió de una sobredosis en noviembre del mismo año, justo después de ser despedido del grupo por Neil Young.  

  Pero detrás de su beatífico paz y amor en el que participaron Crosby, Stills & Nash además de James Taylor y Linda Ronstadt, Harvest sigue siendo una obra rica, atormentada y melódicamente perfecta. Un nuevo trabajo impecable en el que incluso encontramos los violines de la Orquesta Sinfónica de Londres (A Man Needs A Maid y There’s A World), manejados con delicadeza y gusto. Un disco que influirá a muchas generaciones.  

 

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