Adam Naas, cantautor folk fuera de lo común

Conociendo la voz de Adam Naas y teniendo en cuenta la portada sin adornos de este segundo álbum, Goldie and the Kiss of Andromeda, uno podría haber esperado una serie de temas sobrios o post-soul, o incluso un nuevo avatar del revival disco. El francés había aparecido en otoño de 2016 con un primer EP publicado solo unos meses después de la muerte de Prince, ¿una coincidencia? Dos años después, las canciones entre glam, pop y soul de su primer álbum, The Love Album, confirman este linaje principesco. Pero hoy Adam Naas demuestra que si algo ha aprendido del chico de Minneapolis es el gusto por la libertad y la independencia artística. Lo que también caracteriza a Adam Naas es una cierta fluidez de géneros e influencias.

Con Goldie and the Kiss of Andromeda, adiós (o casi) a los sonidos electrónicos y efectistas de la década de 2010. Guitarras (acústicas, eléctricas, de pedal), piano, violines, voces de fondo y la impresión de que los músicos se balancean detrás de sus instrumentos. El álbum tiene una atmósfera de antaño, pero no suena retro ni nostálgico. Adam Naas ha soltado amarras, flotando en un espacio musical que va del country-pop de los sesenta a la new wave de los ochenta, del gospel coral de los noventa al folk indie de los noventa.

Con guitarras que centellean como luciérnagas a la luz de la luna, Adam Naas se revela como un cantautor folk inconformista. A veces piensas en Sparklehorse o Mac DeMarco. Pero la mayoría de las veces dejas de pensar. Desconecta y déjate arrullar por estas canciones ensoñadoras que sonarán aún mejor este verano, sin camiseta y bajo un cielo estrellado.

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