El guitarrista presenta su último trabajo en el Alcázar de Jerez

Con la edición de su nuevo disco, presentado el 13 de julio en el Alcázar de Jerez, Dani de Morón ha demostrado encontrarse en el mejor momento de su carrera. Tras sus dos discos en solitario, Cambio de Sentido y El Sonido de Mi Libertad, el sevillano ha conquistado al mundo flamenco con un disco concebido desde una nueva perspectiva: “Realmente han sido tres discos muy seguidos, aunque en el primero uno tiene más tiempo, tiene todo el tiempo del mundo para gestarlo y es cierto que uno se puede quedar anclado en ese disco. Pero yo tenía en la cabeza el siguiente antes de empezar el primero, porque tenía esa obsesión sana de ver cómo guitarristas, a lo largo de la historia, habían sido capaces de acompañar a cantaores muy diferentes, creando un mundo para cada uno, desdoblándose, pero sin perder su personalidad. Yo tenía en la cabeza hacer un disco tocando para cantar, no de colaboraciones, sino que cantaran y que yo pudiera acompañar de la forma que quería: yo he creado todo el arreglo musical a raíz de cómo ellos me han cantado, con la suerte y el gran regalo que, los que tenía en una servilleta escritos, son los que han venido y han demostrado que son compañeros y amigos. Pero no tenía sentido hacerlo el primero, quería hacer un par de trabajos por lo menos en los que el cante no apareciera. La evolución es algo lógico, va uno contando lo que vive”.

El disco rompe con una soleá cantada por El Pele que es una declaración de intenciones, sin filtros, de una fuerza y una rotura inusual: “Es como diciendo, es lo que viene aquí. Está hecho con esa intención. Quería que empezara El Pele por lo que significa para mí y para todos los que estamos en el disco. Es quizá el que está en otra generación, junto a Esperanza Fernández, por eso empiezan y terminan, él y ella, y son los únicos cantaores que hacen estilos más de su repertorio, tal vez con Antonio Reyes, más todavía esa soleá que no está registrada en ningún disco. Él dice que es la soleá de El Pele y es verdad, y Esperanza porque hace las cantiñas que están en su repertorio, pero nunca se han grabado con ese código como se toca en Utrera, Morón y Lebrija, en la zona donde yo vivo. Tenía ganas de que fueran los dos, pero, cuando grabamos la soleá y vimos cómo había quedado, más todavía, porque empieza sin medida, nos dejó alucinados. Luego intento darle forma de obra a todo, de ahí cómo están ordenados, tanto el estilo como el tipo de voz, y siempre hay una conexión armónica donde termina un cante y empieza otro”. Las grandes voces de este disco, como Estrella Morente, Miguel Poveda, Arcángel, Rocío Márquez o Duquende, se entrelazan en un territorio común extraordinariamente tejido: “Me ha resultado curioso, y quita muchos mitos que hay alrededor de ellos, que todos pidieron grabar a la misma hora, a la una de la tarde. Siempre antes de comer. Resulta algo muy alejado de lo que muchos creen, que las cosas pasan a partir de las tres de la mañana. El que más tarde grabó fue El Pele, que llegó al estudio a las dos de la tarde. Y la predisposición de cada uno, aparte del talento que tienen, ser tan trabajadores y tan constantes a la hora de estar metidos en un estudio para un trabajo que era para mí, eso te da a entender lo grandes que son”.

El flamenco de Dani de Morón se alimenta de muchas formas artísticas diferentes, de muchos conceptos que él sabe reinterpretar a su manera: “Lo que me transmite cosas bonitas para poder crear es vivir donde he vivido siempre, al lado de mis padres. Es el lugar, tener a mi familia cerca es lo fundamental para mí. Y después, escuchar muchísima música y toda buena. Además de flamenco, siempre tengo a tres o cuatro jazzistas: el pianista de Houston Robert Glasper, el contrabajista israelí Avishai Cohen y otros en los que encuentro alimento para yo poder contar lo que se me ocurre. Yo tuve una época de enganche total con Pat Metheny y gracias a él descubrí el jazz. Tiene un lenguaje musical en el que los guitarristas flamencos nos vemos muy identificados. A mí me encanta la forma expresiva que tiene, sobre todo los primeros discos donde interpreta más temas en solitario, con cuerdas de nylon. Son elementos que se entrelazan con el flamenco porque cualquier melodía, cualquier parte armónica, se puede meter en tu discurso y funciona. La fusión del flamenco con otros lenguajes musicales es positivísima siempre que la mentalidad del músico flamenco no sea que se adapten a nosotros, siempre que nosotros seamos capaces de dialogar de verdad, en profundidad. Porque se hacen muchas fusiones en las que ellos tocan con nosotros, pero nosotros no tocamos con ellos, nunca nos metemos en su lenguaje. Siempre voy a ser guitarrista flamenco, pero, para que sea de verdad y no se quede en la espumita de la cerveza, debemos vivir y sentir esa música. Lo del jazz no tiene nombre, es una música que lo tiene todo, no renuncian nunca a esa forma que tienen de ver las cosas: es como la intuición que tiene el músico flamenco, pero con todo el conocimiento del clásico. Y ellos nos llevan muchos años de ventaja”.

Tras llegar técnicamente a las cotas que ha llegado, el de Morón, a quien le hubiera gustado tocar con Morente y con Camarón, prosigue un camino que tuvo su punto de inflexión años atrás, cuando Paco de Lucía le llamó para la gira de Cositas Buenas: “Ahora es cuando realmente empiezan las cosas, ahora es cuando te facilitan algunos espacios. Ese camino que nos dejó Paco, uno de los muchos regalos que nos dejó, es que nos abrió muchos espacios por lo que ha dignificado él la guitarra flamenca. Antes era inimaginable tocar en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional y ya lo tengo cerrado para el año que viene. Existe esa posibilidad de que alguien joven esté ahí. Siempre he sostenido que hasta que un guitarrista no cumple cuarenta años, no puede contar todavía nada con tanto peso, y yo me voy acercando. A partir de ahí, uno tiene ya cierto recorrido para contar algo seriamente. No tengo la menor duda que encontrarme con Paco tiene el mismo nivel que si me hubiera encontrado con Beethoven o con Mozart en el espacio tiempo. Es muy difícil que esa coincidencia pase. Era una época en la que a Josele le coincidían una serie de conciertos, a Paco le gustaba lo que yo hacía en ese momento y me llamó. Él veía chispa y ya está. Eso es un regalo de la vida”.

Ahora, sólo nos queda disfrutar de uno de los mejores guitarristas flamencos que ha habido jamás, uno de los nombres más importantes de la historia del arte jondo. “Con once años, yo estaba en el conservatorio, di un año de solfeo y al elegir instrumento aparece una guitarra en mi vida, curiosamente una guitarra que me presta el ingeniero de sonido de este disco y de los dos anteriores, gran amigo de mi familia con un estudio cerca de Morón. A partir de ahí, todo fue natural. Yo estaba en el instituto antes de elegir una carrera y por mi cabeza no pasaba que yo pudiera dedicar mi vida a esto. Pero llega un momento en que sí, empieza a ir a Sevilla a tocar en la academia de Matilde Coral, empiezo a trabajar y encontré mi sitio en el mundo. Realmente, la ilusión es mayor ahora que la que tenía en aquel momento, porque ahora veo que el camino que estoy llevando es el que quería. El espíritu es insaciable”.

Dani de Morón - Seguiriya

El Dorado Sociedad Flamenca Barcelonesa

Rocio Márquez y Dani de Morón - Tangos - 18 Septiembre 2015

Flamencomania TV

ESCUCHA 21 DE DANI DE MORON EN QOBUZ

Para seguir todo lo que sucede en Qobuz, únete a nuestra página de Facebook!