Con su nuevo álbum Rollin’, grabado en quinteto, el trompetista de jazz revisita con sofisticación temas de Nino Rota, John Barry, Ennio Morricone o Philippe Sarde.

Los homenajes de los músicos al séptimo arte son a veces un poco perezosos y se limitan sobre todo a reinterpretaciones de bandas sonoras míticas almacenadas en el inconsciente colectivo. Es ciertamente bello, pero raramente deslumbrante. Todo lo contrario que Rollin’. Porque el álbum que Erik Truffaz acaba de firmar para el sello Blue Note es ante todo un homenaje a su propia cinefilia, alejado de las superproducciones, del zeitgeist o de cualquier otro tipo de cálculo... Los nueve temas que el trompetista aborda en compañía del bajista Marcello Giuliani, el teclista Alexis Anérilles, el batería Raphaël Chassin y el guitarrista Matthis Pascaud, proceden todos del siglo XX y de este lado del Atlántico, con una excepción.

Erik Truffaz Quintet - © Vincent Guignet
Erik Truffaz Quintet - © Vincent Guignet

En cuanto a directores, Erik Truffaz se ha rodeado de leyendas bañadas en oro para este Rollin’: Federico Fellini (La Strada), Otto Preminger (Río sin retorno), Louis Malle (Ascensor para el Cadalso), Claude Sautet (Ella, yo y el Otro) y Jacques Tati (Las vacaciones del Sr. Hulot). Este disco es también la ocasión de recordar el genio de compositores que trabajaron principalmente para la gran pantalla, como Nino Rota, Michel Magne, John Barry, Philippe Sarde o Ennio Morricone. Truffaz une estos nombres, épocas y mundos diferentes a través de la fuerza de su banda. Un quinteto que conduce democráticamente, que propone renovaciones estéticas a menudo audaces (la versión del tema de The Persuaders! es de una modernidad poco común), y cuyas improvisaciones hacen hincapié en la complicidad total.

Para hacer brillar aún más esta hermosa y personalísima banda sonora, se invitó a dos voces a la “proyección”. La de Camélia Jordana, que canta One Silver Dollar, una canción de Río sin retorno cantada originalmente por una tal Marilyn Monroe. Y el de la actriz Sandrine Bonnaire en La Lettre de Rosalie compuesta por Sarde para Ella, yo y el Otro de Sautet, durante una conmovedora lectura de las palabras pronunciadas en su momento por Romy Schneider. El momento más audaz y difícil de Rollin’ fue, por supuesto, la reinterpretación del tema de Ascensor para el Cadalso. Uno de los puntos álgidos de la discografía de Miles Davis, con este tema Erik Truffaz sabía que tenía que escalar el Everest y que generaría una confrontación inevitable. El resultado no es una comparación, sino el placer sencillo y sincero de un músico inspirado, que rinde homenaje a uno de sus maestros con gran precisión.

Erik Truffaz : interview et session Qobuz

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Con Rollin’, Truffaz vuelve a escribir su nombre en mayúsculas en un álbum de Blue Note, sello en el que hizo una notable entrada a finales de los 90 con The Dawn (1998) y Bending New Corners (1999), dos discos que desempolvaron el sello azul, algo aletargado durante ese periodo.