¡Wikipedia y compañía han enumerado a todos! Algunos, solo como reclamo:Tom Waits, Laurie Anderson, Alain Bashung, The Black Keys, Diana Krall, Solomon Burke, Chocolate Genius, James Carter, Elvis Costello, John Zorn, Marianne Faithfull, Allen Ginsberg, Norah Jones, Tricky, Allen Toussaint, Dick Annegarn, Robert Plant y Caetano Veloso. Y faltan decenas, incluso cientos. Imposible citar todos los nombres a los que Marc Ribot ha apoyado alguna vez. El guitarrista estadounidense no es, sin embargo, un simple músico de estudio que ha editado veinte álbumes, a solo o a la cabeza de alguno de sus combos. Conocido hoy a sus 64 años como el «Neoyorquino», destaca por su sonido, su tacto, por elaborar esa atmósfera de formas moldeables y que no se parece a ninguna otra. Como un anti-héroe de la guitarra, el arty Ribot es un extraterrestre que proviene del jazz. Una herencia asumida junto a su grupo Spiritual Unity con el que interpretó el repertorio del saxofonista de free-jazz Albert Ayler. Pero el ADN de su vanguardia también está hecho de rock and roll (su trabajo con Tom Waits es esencial), soul (hizo su debut en escena junto a Solomon Burke), clásico (el maestro haitiano Frantz Casseus fue su maestro), e incluso de música cubana (con su grupo Los Cubanos Postizos).
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