No Me Basta

¿Qué pudo llevar a Gustav Mahler, en 1907-08, a componer una obra tan inclasificable como ésta? Escrita en un momento crucial de su vida, “La Canción de la Tierra” ocupa un lugar especial en su obra y combina el espíritu “fin de siècle” con la fascinación por lo exótico que crecía entre sus contemporáneos de la época. Viena estaba en plena efervescencia y esta pieza, que oscila entre la despedida y el nuevo comienzo, merece una mirada más atenta.

Desde que los portugueses se anexionaron este conjunto de islas desiertas en el siglo XV para convertirlo en un centro de reagrupación de esclavos, las poblaciones negras y portuguesas se han ido mezclando en el transcurso del tiempo para dar origen a una lengua y a unas músicas inéditas –cada isla desarrollará más o menos su propio estilo– transformando los suelos áridos de Cabo Verde en una reserva inagotable de talentos.

... y nunca se atrevió a preguntar