¿Usted no dispone de espacio para instalar un amplificador McIntosh y todos los elementos que lo acompañan? La célebre marca estadounidense le ofrece la posibilidad de disfrutar de su emblemática firma sonora en una caja acústica inalámbrica con una estética inmediatamente reconocible. Una caja acústica que además se atreve a funcionar sin una aplicación dedicada.

No todo el mundo necesariamente lo sabe: McIntosh propone cajas acústicas como complemento a su amplísimo catálogo de electrónicas Hi-Fi. Evidentemente, dichas cajas acústicas se posicionan con el mismo objetivo premium. Se caracterizan por el uso de al menos 2 altavoces de medios, y más aún en el modelo de gama más alta de la marca, que incluye nada menos que 28 de dichos transductores. El funcionamiento de todos ellos en la configuración conocida como “line array” permite controlar mejor la dispersión del sonido y depender menos de las reflexiones de las paredes de la sala de escucha. La caja acústica con conectividad a redes RS150 descansa sobre una concepción mucho más tradicional. La gama de sistemas de audio “todo en uno” con conectividad a redes de McIntosh consta de dos modelos comercializados recientemente que responden a las denominaciones RS150 y RS250. El primero de ellos, en formato vertical, es el objeto de nuestra prueba y funciona en mono, mientras que el segundo se presenta en formato horizontal e incluye altavoces lo suficientemente separados para reproducir sonido en estéreo. Estos dos modelos han sustituido, respectivamente, al RS100 y al RS200, aunque manteniendo un diseño similar. Sin embargo, mientras que los citados RS100 y RS200 funcionaban con la aplicación DTS Play-Fi, las nuevas versiones tienen una vocación universal simplificada al basarse únicamente en los protocolos de transmisión de red más comunes.

Características

Caja acústica con conectividad a redes

● Precio: 1.299 €

● Potencia de amplificación total: 120 vatios

● Respuesta en frecuencia: 48-20.000 Hz

● Compatibilidad audio “Hi-Res”: 24 bits/192 kHz

● Protocolos de reproducción: AirPlay 2, Chromecast, Roon Ready

● Conectividad: Bluetooth 5.0 aptX HD y aptX LL

● Dimensiones (An x Al x P): 195 x 368 x 219 mm

● Peso: 8’4 kg  

Presentación general de la McIntosh RS150

Todas las señas de identidad de las electrónicas McIntosh están presentes en esta caja acústica inalámbrica con conectividad a redes, incluidos los grandes potenciómetros plateados, la placa de vidrio con el logotipo retroiluminado y el famoso indicador de nivel –vúmetro– azul. Aunque el formato vertical es idéntico al de la antigua RS100, se ha cambiado todo para ofrecer un producto que se parezca todavía más al resto de productos de la marca, con unos acabados siempre ejemplares.

Así, la parte inferior del panel frontal está ocupada por la placa de vidrio que soporta todos los controles y pantallas. Los dos potenciómetros rodean un vúmetro digital. No hay aguja móvil como en los amplificadores McIntosh y la antigua RS100. Dicha aguja se simula mediante una luz variable que llena más o menos el arco de círculo correspondiente a un nivel de volumen expresado en decibelios.

Arriba, una cubierta de tela clásica se abre para desvelar los dos altavoces: un tweeter de titanio de 20 mm con un elemento de puesta en fase que acompaña a un woofer de 120 mm –100 mm en el caso de la RS100– diseñado para realizar grandes desplazamientos. Por su parte, la frecuencia de corte del filtro divisor de frecuencias ha sido establecida en 2.000 Hz. La potencia total de la RS150 es de 120 vatios, es decir el doble que la de la RS100, y se divide de la siguiente manera: 30 vatios para el tweeter y 90 vatios para el woofer. Todo ello permite a la RS150 “bajar” hasta 48 Hz.

El resto de la McIntosh está recubierto de una laca en negro piano de alta calidad. La RS150 descansa sobre una base de aluminio que también permite cogerla para sacarla de su embalaje ya que luego será difícil moverla. Aparte de sus 8’4 kg de peso, que no se ven en las fotos, la RS150 mide 36 cm de altura. Unas cifras importantes... de hecho, muy pocas cajas acústicas con conectividad a redes son tan imponentes. Esto proporciona un volumen interno cómodo al woofer –que está respaldado por un puerto bass-reflex situado en el panel trasero– para que pueda expresarse sin limitaciones en la reproducción de las frecuencias bajas.

 

Utilización de la McIntosh RS150

En la RS150, la conectividad ha sido reducida a la mínima expresión. Así, mientras que la RS100 incorporaba una entrada analógica y una salida para subwoofer, el modelo actual obvia las tomas de audio y sólo incluye un puerto Ethernet para la conexión en red por cable. Anteriormente, el puerto USB se utilizaba para conectar una llave y explorar su contenido. Por el contrario, el puerto USB de la RS150 es sólo para mantenimiento y en consecuencia no tendrá ninguna utilidad. Dejando aparte la toma de alimentación, hay que reconocer que esta caja acústica nunca ha llevado tan bien su calificativo de inalámbrica. Así, pues, habrá que recurrir en exclusiva a la música sin soporte físico.

Tal y como indicamos en la introducción del presente análisis, la RS150 funciona sin aplicación móvil ni ningún servicio de música integrado. McIntosh da la opción de elegir entre AirPlay 2 o Chromecast dependiendo de si nuestro smartphone funciona con iOS o Android. En ambos casos, el usuario puede utilizar la aplicación de streaming que prefiera y luego transmitir el sonido hacia la RS150 seleccionándola directamente desde la app. Es un poco menos práctico que un servicio de streaming integrado de forma nativa, pero permite acceder a todo sin restricciones. Incluso es posible reproducir el audio de YouTube si así lo deseamos.

La única alternativa que se ofrece es el Bluetooth. La McIntosh funciona con el códec aptX HD, puesto a punto para sesiones de escucha en las que se maximicen las capacidades de audio del Bluetooth. También existe el aptX Low Latency (LL) para el caso en que la reducción del tiempo de latencia sea importante para el usuario. La sincronización Bluetooth se realiza manteniendo pulsado el potenciómetro situado en la parte izquierda del panel frontal. Por su parte, el potenciómetro de la derecha se utiliza para poner en marcha y apagar la RS150 y para ajustar el nivel de volumen. Unos pequeños LED’s confirman la conexión a redes o Bluetooth.

El uso de esta caja acústica con conectividad a redes no puede ser más fácil. Pero, sin aplicación dedicada, ¿cómo proceder para configurarla? Hay tres soluciones posibles. En primer lugar, a través de AirPlay 2. Basta con ir al menú Wi-Fi de nuestro smartphone Apple y conectarse a la RS150, que aparece como una caja acústica AirPlay. En unas decenas de segundos, la McIntosh recupera las informaciones de nuestra red Wi-Fi y se conecta a la misma. En el caso de que tengamos un smartphone Android, habrá que utilizar la aplicación Google Home. La RS150 aparece entonces como disponible y lista para ser instalada. De nuevo, después de seguir unos pocos pasos, nuestra caja acústica estará en línea muy rápidamente.

Existe una alternativa consistente en introducir la dirección IP de la RS150, que por defecto es la misma en todas las unidades y se puede encontrar en el manual del usuario. Esto nos lleva a una página web donde es posible cambiar el nombre de la McIntosh, comprobar las informaciones pertinentes y conectarla a nuestra red Wi-Fi introduciéndolas manualmente. Esta página también se utiliza para verificar si hay alguna actualización técnica disponible.

Sin aplicación dedicada, lógicamente no hay ajustes accesibles. No obstante, McIntosh ha previsto dos ajustes manuales a los que se puede acceder desde el panel frontal. Manteniendo pulsado el potenciómetro de la izquierda mientras lo giramos, es posible ajustar la retroiluminación. Si hacemos lo mismo con el de la derecha, cambiaremos el nivel de los graves. Sin embargo, esto último no es útil al ser, como comprobaremos en la escucha, el equilibrio tonal idóneo con el nivel por defecto.

 

La escucha

Cuando la RS150 es conectada a la red mediante uno de los métodos comentados anteriormente o a través de un cable Ethernet, pasa a estar disponible en el software Roon. Al estar la McIntosh homologada Roon Ready, aparece con su icono representándola. Esta es también la mejor manera de aprovechar la reproducción en Hi-Res de 24 bits/192 kHz en la RS150, algo que es imposible con AirPlay 2 o Bluetooth. Puesto que Qobuz está integrado en Roon, esta es la solución que elegimos para nuestras sesiones de escucha.

El electro-funk de Funky French League fluye alegremente. Los graves corresponden a los de una caja acústica convencional de tamaño equivalente. Existe una tensión real y una profundidad que se perciben raramente con las cajas acústicas inalámbricas. La RS150 simplemente suena como una caja acústica de Alta Fidelidad debido a su concepción, su rigidez y su volumen interno. Por supuesto, hay todavía una carencia de volumen para los graves, aunque sin que ello penalice el equilibrio de la curva tonal. Al no haber salida para subwoofer, el usuario tendrá que conformarse con una respuesta en graves que en cualquier caso satisfarán a la mayoría de las personas acostumbradas a escuchar música con cajas acústicas de estantería. ¡No todo el mundo quiere hacer temblar las paredes! Evidentemente, el efecto estereofónico es limitado, lo que no impide la existencia de una proyección lo suficientemente amplia para que los diferentes instrumentos no se pisen entre sí. La legibilidad sigue siendo excelente. Aunque el conjunto sea monofónico y por tanto centrado, no hay ningún efecto de sonido de caja, como si la música sonara a través de un megáfono. Percibimos bien las entonaciones al escuchar a M y su último álbum Rêvalité. En efecto, su voz está particularmente bien gestionada y desgranada por la RS150 gracias a unos medios presentes aunque sin exagerar, lo que permite disfrutar de todos los estilos musicales en los que las voces son importantes.

En grabaciones más intimistas, como por ejemplo la reedición del álbum You Must Believe in Spring de Bill Evans, nos encontramos con una firma sonora neutra. Se respeta la estratificación de los registros, sin matices fisiológicos. Ya se trate del piano o del contrabajo, los instrumentos suenan auténticos a pesar de su falta de plenitud como consecuencia de la reproducción monofónica de la RS150. No cabe la menor duda de que la dulzura de este álbum está bien transcrita por la McIntosh. Finalizamos nuestras sesiones de escucha con un nivel de presión sonora sostenido en una sala de estar abierta de unos 35 metros cuadrados. La RS150 no tuvo problemas para sonorizarla con brío. Con el volumen ajustado al 50%, podría utilizarse incluso para animar una velada. La McIntosh no mostró ningún signo de fatiga y no pudimos discernir ningún efecto de compresión, incluso a un nivel de volumen sostenido. La RS150 llena el espacio de música y cuando se está en el lugar adecuado los graves son realmente potentes. Las cajas acústicas inalámbricas que pueden hacerlo tan bien en términos de equilibrio y de volumen se pueden contar en los dedos de una mano. En este sentido, pensamos muy particularmente en modelos de Bang & Olufsen como la Beosound Balance.

Puntos fuertes:

- Estética inimitable

- Utilización extremadamente

- Sonido marcadamente Hi-Fi

- Capaz de sonorizar grandes estancias

Puntos débiles:

- Dimensiones aparatosas para un producto de su clase

- Configuración en par estereofónico no prevista

 

Conclusión

La caja acústica con conectividad a redes McIntosh RS150 se dirige a todos siempre y cuando su precio encaje con el presupuesto disponible. No es la menos cara de su categoría, pero hay que reconocerle una calidad de fabricación por encima de la media. El famoso vúmetro azul indica que estamos en la clase premium. La RS150 es, por tanto, un bello objeto que se admirará y disfrutará en nuestra sala de estar porque no está hecha sólo para sonorizar una estancia pequeña. Es una caja acústica de gran tamaño capaz de entregar potencia en cualquier sala, incluso si es de grandes dimensiones. La firma sonora es dulce a volumen moderado y desenfrenada a niveles de volumen elevados. La elección de hacerla universal a través de los diferentes protocolos de audio de la red es interesante ya que se dirige a todos aquellos que no quieren complicarse la vida. Lo único que lamentamos es que no se haya previsto la configuración en estéreo con dos RS150. Es una pena, ya que podría haber sido una excelente solución “todo en uno” en competencia directa con los equipos de Alta Fidelidad estereofónicos clásicos. Quién sabe, quizá una actualización de software desbloquee esta funcionalidad en el futuro. Traducido por Salvador Dangla