El trompetista californiano vuelve a demostrar su virtuosismo en ‘Owl Song’, un álbum imposible de clasificar.

Síntesis magistral de todas las formas que ha adoptado la música afroamericana a lo largo de los años (“del bebop al hip-hop”, según la célebre frase de Quincy Jones), el universo compositivo del trompetista Ambrose Akinmusire nunca se ha limitado a esta rica herencia. Se sitúa en la confluencia del jazz más puro (su estilo paradójico, a la vez extravagante e introvertido, se inscribe en la tradición de grandes trompetistas como Booker Little y Woody Shaw) y de cierta vanguardia que remite más o menos directamente a las tesis de la Great Black Music (de Roscoe Mitchell a Steve Coleman).

Ambrose Akinmusire también está cerca del hip-hop contemporáneo más reflexivo y atrevido: el trompetista nunca ha ocultado su profunda afinidad con esta cultura y es uno de los principales colaboradores de To Pimp a Butterfly de Kendrick Lamar y, más recientemente, de The Omnichord Real Book de Meshell Ndegeocello. Además, su música decididamente experimental nunca ha dejado de incorporar elementos de la cultura occidental, tanto compositivos como orquestales, dependiendo del proyecto, aventurándose pertinentemente en los terrenos de la Nueva Música y la música contemporánea.

Tras doce años de colaboración con el sello Blue Note, jalonados por una serie de álbumes importantes y extremadamente personales (entre los que destaca la obra maestra Origami Harvest, un formidable vórtice de ritmos organizados y formas entrelazadas que atestigua su gran maestría en el arte de articular lenguajes tomados de diversas tradiciones), Ambrose Akinmusire da ahora un nuevo impulso a su carrera firmando su último álbum para Nonesuch, un sello con una orientación estética mucho más ecléctica y menos asociado en el imaginario colectivo al mundo del jazz moderno.

Para inaugurar esta asociación de estilo y marcar el tono, decididamente experimental y “transgenérico”, el trompetista ha imaginado un trío improbable compuesto por el poeta de la guitarra Bill Frisell y el maestro del groove Herlin Riley (socio histórico de Wynton Marsalis y Ahmad Jamal). A la cabeza de esta banda en la cuerda floja, que busca constantemente su centro de gravedad en torno a la posición vacante del bajo, Owl Song de Akinmusire es una pieza de gran escritura y extrema delicadeza, que desarrolla un universo elegíaco matizado por una gran coherencia lingüística en formas magníficamente dibujadas y conmovedoras.

En un tono íntimo, casi meditativo, la trompeta etérea y magníficamente modulada del líder entrelaza sus fraseos oscilantes con el juego de texturas ensoñadoras de Frisell sobre los surcos tenues y minimalistas de una batería que no hace más que controlar las dinámicas, dando como resultado una música hipnótica y fundamentalmente imparable, innegablemente ligada al jazz y a su historia, y al mismo tiempo constantemente resistente a cualquier intento de clasificación demasiado rígida.

Presentado como la primera parte de un ambicioso tríptico de grabaciones (al que seguirán en los próximos meses un caleidoscópico proyecto orquestal en el espíritu de Origami Harvest y otro álbum a trío, esta vez con Sullivan Fortner al piano y Tyshawn Sorey a la batería), Owl Song abre innegablemente un nuevo capítulo en la decididamente apasionante carrera de Ambrose Akinmusire, trompetista y compositor de referencia en nuestro deliciosamente “desorientado” mundo.