Desde siempre, la escena mexicana ha dado enormes artistas que han tenido popularidad en el mundo entero. Su cercanía con Estados Unidos les ha permitido exportar su música y traspasar las barreras del mercado hispano. Desde propuestas más románticas como las de Luis Miguel, Alejandro Fernández o Juan Gabriel hasta el rock pop de Maná y Zoé, México ha sabido dejar su huella. Pero en los últimos años también han aparecido multitud de tendencias que se abren paso entre los números históricos. Aquí desvelamos un poco de qué trata este nuevo panorama musical.

México: canta y no llores

La música mexicana es tradicionalmente conocida por su romanticismo, ya sea en forma de baladas o rancheras. Pero obviamente no es la única expresión artística, ya que en su territorio conviven innumerables propuestas que van desde los ritmos regionales hasta los sonidos globalizados del rock, el rap, el hip hop y el reguetón.

Si en algo coinciden músicos y productores de espectáculos es en que no hay un solo México, sino que hay varios Méxicos diferentes, incluso algunos hasta antagónicos. Su industria musical es una de las más fuertes y de mayor impacto a nivel global, y en su vasto territorio existe una alta hibridación que hace imposible hablar de un solo panorama musical. Esa hibridez es la que caracteriza al país y lo hace tan particular, abriendo un abanico amplio, rico y por momentos complejo que termina moldeando el espectro sonoro de la tierra azteca.

Sobre los cimientos de grandes artistas consagrados mundialmente como Armando Manzanero, Paquita La Del Barrio, Juan Gabriel, José Alfredo Jiménez, Chavela Vargas o Luis Miguel se teje una nueva red de músicos que traen propuestas que siguen una línea tradicionalista, y otra que llega con innovaciones y sobre todo mucha mixtura. Porque hoy en día, el eclecticismo es moneda corriente para casi cualquier oferta musical sin importar su género ni procedencia. Con solo observar los line-up de los numerosos festivales que se llevan a cabo en México se puede tener una idea de que en la diversidad está el disfrute.

Cantautores: sosteniendo el pilar mexicano

Si hay algo característico de México, musicalmente hablando, es su enorme capacidad para producir grandes compositores de canciones. Porque no hay ni un solo rincón del mundo en donde alguien no esté tocando o cantando un clásico del repertorio azteca. Melodías eternas como Bésame mucho de Consuelo Vázquez, Contigo aprendí de Armando Manzanero o El Rey de José Alfredo Jiménez han sido grabadas, versionadas e interpretadas por artistas tan disímiles como The Beatles, Andrés Calamaro o Celia Cruz.

El amor y el desamor son temáticas sin caducidad y sobre esta tradición de música romántica y melodías dulces sientan sus bases cantantes actuales como Christian Nodal y la también actriz Danna Paola, ambos con éxito internacional. Por supuesto ya enmarcados en un contexto más pop y no tan acústico como los cantores de antaño, pero sin perder esa identidad mexicana del bolero y la ranchera que es mundialmente famosa. En este camino también transitan Alejandro Fernández, Carlos Rivera y Carla Morrison junto a Ximena Sariñana que agregan algo de rock, pop y soul al asunto. Hay cantautores que también unen su carrera musical con una fuerte impronta activista como es el caso de la multipremiada Julieta Venegas y la filántropa Natalia Lafourcade, cuyas canciones también hablan de causas sociales. Otro caso muy interesante es el de Bereiz, una artista que mezcla el tango, el rock y el pop con resultados sumamente originales.

La música de raíz

Igual que en otros países latinoamericanos, en México existen numerosos artistas que buscan preservar y difundir la música autóctona. Pero lejos de que esta conservación se convierta en conservadurismo, estos artistas se adaptan a los tiempos que corren y mixturan sus músicas con nuevos sonidos. La cantante Lila Downs posee un estilo único que une estilos regionales con producciones modernas y canta en idiomas tan diversos como el español, el inglés, el maya y el zapoteco. La multiinstrumentista Silvana Estrada también sabe mezclar los sonidos regionales mexicanos con los ritmos latinoamericanos, mientras sus letras profundizan en experiencias cotidianas con las que cualquier persona puede sentirse identificada.

Si de artistas nuevas hablamos, hay que destacar la labor que vienen realizando la tamaulipeca Melisa Castellanos y la jovencísima Ángela Aguilar, quien adquirió mayor notoriedad por su interpretación del clásico popular mexicano La llorona en la entrega de los Premios Grammy Latinos en 2018. Con una potente voz Neto Bernal es otro de los jóvenes que viene pisando fuerte en la escena del regional mexicano. Acorde con las nuevas formas de consumo musical, su carrera tuvo un primer impulso a través de las redes sociales antes de llegar a firmar con una disquera. Grupos como Banda MS, Grupo Firme y Calibre 50 son otros exponentes que preservan la música de raíz.

Rock y pop para todos los gustos

Desde aquellos comienzos del rock cantado en castellano allá por fines de los años cincuenta, mucha agua ha pasado por debajo del puente. Esos tímidos inicios con bandas que adaptaban las canciones estadounidenses e inglesas al idioma español y que dieron a luz a agrupaciones legendarias como Los Teen Tops, quedaron atrás hace mucho tiempo y poco a poco dieron paso a una industria monumental. En ese agigantado crecimiento no solo se abrió un mercado muy fructífero que vio nacer a muchísimas nuevas bandas sino que la onda expansiva llegó a otros países de Latinoamérica. El Tri, Botellita de Jerez y Caifanes son algunos de esos primeros grupos que supieron trascender antes de la explosión del rock “alterlatino” en la década del noventa. Esa quizás haya sido la etapa más fructífera de este movimiento que fue comandado por Café Tacvba, Molotov, Maldita Vecindad y Control Machete, entre otros. Por supuesto que es imposible obviar la importancia de Maná, con una propuesta por momentos mucho más pop, pero con una trascendencia internacional notable que ya lleva más de tres décadas.

Pero la escena actual no vive solamente de recuerdos y se encuentra tan activa como siempre. Desde pequeños clubes desperdigados por distintas ciudades hasta los grandes festivales que acaparan la atención mediática, las bandas de rock y los artistas de pop sigue apareciendo y dando de qué hablar. Existen grupos eclécticos como Drims que combinan el surf pop con el shoegaze, o Colores Santos, provenientes de Guadalajara, que están influenciados por la música folclórica y el jazz. Más cercanos al pop se encuentra el dúo Valsian y la banda Self Sabotage que también aporta un toque de psicodelia.

Al igual que viene ocurriendo en todo el continente americano, las mujeres se expresan con fuerza también en México. Mariana de Miguel, bajo el seudónimo Girl Ultra, es una de las artistas emergentes más importantes del R&B junto con Noa Sainz al tiempo que Madame Récamier adopta el pop como forma expresiva al igual que Tessa IA.

La movida alternativa y el indie también tienen representantes nuevos como Molinette Cinema, Diles que no me maten, El Shirota y Little Jesus, todos alistados para ser descubiertos prontamente por un público más masivo.

El rap, el hip hop, el reguetón y la cumbia: un canto chicano en su propia tierra

Dentro de la tendencia que se viene marcando en los últimos 10 años con respecto a la música urbana, México comienza a vislumbrarse como una plaza fuerte desarrollando artistas que tienen mucho que decir. Así como el rock y el blues son primos hermanos, el rap, el hip hop y el trap también lo son y es por ello que muchas veces se entremezclan sin ninguna restricción.

Teniendo en cuenta que México cuenta con algunas de las ciudades más pobladas del planeta no es de extrañar que los jóvenes adopten la música urbana como punta de lanza para cantar sus verdades. Allí aparecen nombres como Yoga Fire, Rodolfo Iván García (Maell) y Adán Cruz junto a otros exponentes más cercanos al free style como Hadrián y Kevin Gutiérrez Jáuregui (Robot). Algunas de las propuestas más interesantes se encuentran en aquellos trabajos que incorporan sonidos regionales como el caso de Anna Bellaka, Fntxy o La Plebada. A su vez, hay quienes unen fuerzas con cantantes de otros géneros como Gera MX junto a Christian Nodal o Ángel Quezada junto a Camilo Lara.

Desde siempre el país azteca también se ha caracterizado por brindarle al mundo música bailable ya sea en forma de cumbia o corridos. Y si bien el reguetón todavía sigue siendo un género que se consume en su mayoría con artistas extranjeros, hay propuestas nacionales que están abriéndose paso como Taylor Diaz, Selene o Chel Maya. El trabajo del productor Camilo Lara con su Mexican Institute of Sound es de los más interesantes por su calidad y el diálogo continuo entre sonidos de cumbia y hip hop con folk y electrónica. La cumbia, por su parte, atraviesa un momento de cambios en donde la fusión es clave como lo demuestran proyectos como Sonido Gallo Negro, Rosas o la histórica Ali Gua Gua.

El jazz: la música que siempre está

Al igual que ocurre con otros géneros, el jazz mexicano está atravesando un período de búsqueda y de interrelación con otros sonidos. Por supuesto que continúa una vertiente más deudora de los caminos tradicionales que el género supo transitar y que tienen su origen en Estados Unidos. Pero también hay quienes hoy apuestan por incorporar allí música tradicional mexicana, como el caso del grupo Astillero o Paté de Fuá, que incluso suma influencias del tango y la tarantela italiana. En esta línea también está la propuesta de Troker, con fuerza rockera y elementos de la electrónica y el hip hop.

Los principales focos de la escena del jazz se dan entre Ciudad de México y Xalapa, pues en ambas ciudades la formación de jazzistas se da a nivel profesional. Pero aún hoy los festivales siguen siendo los más importantes difusores de este género que, en muchos casos y por desconocimiento, es tildado de elitista. Músicos como Agustín Bernal, Chilo Morán, la cantante Patricia Carrión y la pianista Ana Ruiz mantienen viva la llama que hace muchos años encendieran otros artistas destacados como Magos Herrera o Fernando Toussaint. Brillan también bandas como la Calacas Jazz Band y Beaujean Project junto con otras como Los Dorados y A Love Electric que incorporan dentro de sus integrantes músicos de otras nacionalidades como Argentina y Estados Unidos.

Así las cosas y a pesar de todavía ser una gran minoría, el jazz se encuentra allí en México con diversas propuestas para quienes quieran quitarse el prejuicio de encima y acercarse a una de las músicas más libres del mundo.