La web Qobuz ha tomado de ese intrumento no solo el nombre, sino también el deseo de comunicar, de unir, de hacer soñar… Y es que el qobuz (que puede escribirse igualmente con la forma lingüística kobyz o kyl-kobyz, traduciéndose -kyl como «crin de caballo») es el instrumento tradicional, simbólico y sagrado, de los pueblos que habitan en Asia central. Ligado a los rituales chamánicos y dotado de poderes sobrenaturales y mágicos, y según se dice capaz de alejar tanto los malos espíritus como las enfermedades, el qobuz es una viola de dos cuerdas de crin de caballo, frotadas con un arco. Los kazajos lo consideran el instrumento primigenio, antecesor del resto…
La historia y tradiciones del pueblo kazajo han transmitido un mito, mito que relata la existencia de un mundo paralelo al nuestro. Para actuar sobre el espíritu de los vivos es preciso conectar con el de los antepasados mediante ese arte primordial que es la música: sus vibraciones son como llamadas del mundo «de abajo» al mundo «de arriba». Transmitidas oralmente desde hace siglos, esas tradiciones musicales suponen un vínculo orgánico entre las distintas generaciones.
En el marco de la música tradicional kazaja, el qobuz ha tenido un incomparable recorrido. Aunque con el tiempo se ha perdido el significado más profundo de sus emotivas melodías, su transmisión oral ha permitido preservar al menos el eco de una música capaz de actuar sobre los espíritus.
En este universo «entre las estepas y el cielo», según el mito, el primer qobuz fue concebido por Korkyt-Ata, una especie de Orfeo kazajo, con la intención de dejar atrás la muerte, que no podía alcanzarlo mientras su arco acariciara las cuerdas de cierto instrumento creado a tal fin, el «kyl-kobyz».
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