Adorado por Björk, Paul Weller, The Arctic Monkeys, Four Tet y muchos otros, el antiguo líder de Soft Machine atraviesa la historia del rock unido a su silla de ruedas y zigzagueando sin cesar entre los más diferentes géneros.

Nacido en 1945 en Bristol, Robert Wyatt creció en Lydden, entre Canterbury y Dover, donde aprendió muy pronto a tocar la batería. Comienza para él una época de viajes a Mallorca, de hacer amistades, y en 1963 comienza a tocar con músicos como Daevid Allen, Hugh Hopper, Richard Sinclair, futuro fundador del grupo Caravan, y Kevin Ayers. Estamos en verano del 66, y Wyatt se lanza a la aventura de Soft Machine. Son años en que las revoluciones musicales se suceden sin parar. Y las ideas de esta banda compuesta por Daevid Allen (guitarra), Mike Ratledge (teclados), Kevin Ayers (guitarra, bajo y voz, a quien Hugh Hopper, presente en la grabación de 1963, sustituirá en 1969) y Wyatt (batería, voz) no se sitúan al margen de una voluntad generalizada de hacer las cosas de manera diferente... El universo Soft Machine surge, en primer lugar, de la constatación de una frustración. Esta camarilla de músicos de la escuela de Canterbury parece haber tenido claro desde el principio que la gramática del jazz puro y duro no estaba hecha para ellos. Que hay que partir en busca del Grial. Eran otros tiempos, otra época, otros bagajes, y se hacía necesario trabajar de otro modo. Y además nos encontramos al final de los años 60, lo que implica también el final de la edad dorada de los Beatles, Dylan, los Stones, años no precisamente caracterizados por la mediocridad. Años en los que el rock y el pop basculan hacia una era denominada de madurez... Wyatt y sus compañeros encontrarán por tanto su camino en la fusión de sus propias frustraciones.

Crea una cuenta gratuita para seguir leyendo