Russian Concertos

Presentación del Álbum

Al fin: he aquí la prueba de que los conciertos de la esfera rusa y soviética existen ¡fuera del trío Chaikovski-Shostakóvich-Prokofiev! El Concierto de Mieczysław Weinberg, escrito en 1959 y dedicado a Leonid Kogan, es una impresionante obra maestra por la que, desgraciadamente, se interesaron demasiado pocos grandes solistas. He aquí una música poderosa, cuya inmediatez podría evocar a Khatchaturian pero sin este acento algo «populachero» del compositor armenio, y con una escritura riquísima que recuerda a ShostaProko sin parecerse a ellos ni copiarlos: y si de un retrato se trata, es ¡el del propio Weinberg! Interpreta la obra el violinista vienés Benjamin Schmid, que nada tiene que envidiar a tantos otros solistas mucho más «marketizados». En la segunda parte del álbum, la Fantasía para piano de Kabalewski –no es sino una orquestación (algo «aumentada» con ornamentaciones contra-temáticas que no son de Schubert) con piano principal, de la Fantasía a cuatro manos de Schubert. La solista es Claire Huangci, invitada habitual de las orquestas de Filadelfia, Stuttgart, Berlín, Mozarteum, Vancouver, Múnich y otras del mismo nivel. El álbum concluye con el Primer concierto para violonchelo de Kabalewsky, escrito en 1949. Entre Weinberg y Kabalewski, hay, evidentemente, un abismo: mientras Weinberg fue durante toda su vida perseguido por la dictadura soviética, Kabalewski supo aullar con los lobos (lo que era también una manera de escapar a los cursillos en Siberia o bajo tierra, hemos de reconocerlo) escribiendo una música acaso más consensual y fácil de escuchar. Pero no se trata por ello de «musiquilla» sino de una música con numerosos momentos de gran inspiración. La solista del Concierto es la violonchelista neerlandesa Harriet Krijgh, quien ganó el Primer Premio del Concurso Princesa Christiana de los Países Bajos y el Primer Premio de la Bienal del violonchelo de Ámsterdam, antes de empezar una bellísima carrera internacional. © SM/Qobuz