Power

Presentación del Álbum

Tras dos notables maxis en 2015, Heterocetera y Agitations, con los que entró en la lista de productoras electrónicas inclasificables –y que la llevarían a colaborar con Björk y Arca–, Lotic publica su primer álbum, Power, donde la norteamericana nos sorprende con otro montón de música extraña. Originaria de Houston pero residente en Berlín desde hace seis años, Lotic, que se define como artista no binaria, pronto encontraría a sus pares en SOPHIE, Arca o Björk, o, en un estilo diferente, Alva Noto. La artista huye de los códigos habituales de la dance music para explotar todo el potencial de la música electrónica e investigar un amplio espectro de sonidos, mostrándose ocasionalmente irritante, como en la robótica Bulletproof, o extrañamente lírica, como en Distribution of Care.

 Lo cual no le impide resultar al mismo tiempo bailable, tal como demuestra en Hunted, que se inicia entre murmullos y que revela un interesante e inmersivo uso de la voz y un contundente empleo de los ritmos tribales. “Hunted, el single del álbum, está plagado de referencias personales, como esos susurros evocadores de mi afección asmática. Y es también un modo de recordar que se sigue asesinando a gente afroamericana. Pero subvierto todas esas referencias poniéndome en la piel del cazador”, según ha explicado en Trax. El disco se escucha con placer gracias a la singular sensibilidad de Lotic y a la fuerza de composiciones como Resilience y Fragility, en las que traduce esos conceptos a elegantes sonoridades. Heart, con el productor argentino Moro en calidad de invitado, es otro de los mejores momentos del disco, con su sucesión de voces desafinadas generadoras de inhabituales pero nada desagradables efectos en nuestras ondas cerebrales, acompañando el conjunto de una fanfarria militar en modo drum’n’bass. Grabado en una etapa complicada de su vida (en el que perdió su casa), Power es un álbum hecho con el corazón y las tripas. Y con esos mimbres es difícil hacerlo mal. © Smaël Bouaici/Qobuz