Bruckner: Symphony No. 7 / Wagner: Siegfried's Funeral March

Presentación del Álbum

Andris Nelsons prosigue su integral de las sinfonías de Bruckner con el Gewandhaus de Leipzig del cual es ahora director musical. En frente de esta fabulosa orquesta de sonoridades crepusculares y doradas, el director letón perpetúa la época de las míticas grabaciones brucknerianas de Jochum, Böhm, Haitink o Wand. La perfección orquestal, la plasticidad de las masas sonoras, la coherencia de todos los pupitres y la increíble reserva de potencia convierten esta grabación en un auténtico acontecimiento.

Andris Nelsons resume perfectamente la música de Bruckner al decir que «eleva el alma». Bajo su dirección, la música del gran austriaco es una auténtica experiencia espiritual que sobrepasa la mística católica para alcanzar una metafísica universal, una apertura hacia un más allá de infinitas perspectivas. Los tempos son amplios, el misterio ronda mientras la sutil ciencia de los matices y la construcción sabiamente concebida forman una masa sonora que leuda y se hincha, con un arte cantabile intenso, luminoso, sinuoso y una belleza en todo momento vibrante y embriagadora, pero sin exageración ni ostentación.

La adoración, bien conocida, de Bruckner por su dios Wagner adquiere una dimensión superior con la adjunción de una dosis wagneriana como complemento de cada sinfonía. Aquí, la Marcha fúnebre de Sigfrido procedente del Crepúsculo de los dioses cobra todo su sentido cuando sabemos que Bruckner concibió el maravilloso Adagio de su Séptima como un homenaje a Wagner, desaparecido mientras componía esta sinfonía. © François Hudry/Qobuz