Bill Ryder-Jones, las oscilaciones del corazón

Cinco años separan el luminoso nuevo álbum de Bill Ryder-Jones, Iechyd Da, del brumoso Yawn, publicado en 2018. Entre medias, entre valium y vodka, el inglés ha tenido que digerir dos rupturas sentimentales. Además, sufre ansiedad desde hace años. Fueron estos miedos los que le llevaron a dejar su banda The Coral en 2008, cuando estaban en la cima de la fama, para volver a trabajar en solitario con If tres años después. Le siguieron los melódicos A Bad Wind Blows In My Heart (del que se mostró muy orgulloso), West Kirby Primary County y el shoegaze y eléctrico Yawn en 2018 (al que siguió Yawny Yawn, su versión al piano). Una colección de melodías folk casi camerísticas que exhibían su frágil voz y los dolores de la intimidad.

A sus 40 años y en su quinto álbum, Bill Ryder-Jones sigue hablando de sus sinsabores, pero con un atisbo de esperanza para endulzar la melancolía del pasado.

Con su nombre de pila en forma de símbolo, Iechyd Da, que significa “buena salud” en galés, navega poéticamente entre lágrimas sentimentales y enredos espacio-temporales. Y el amor infeliz está omnipresente, tanto en las letras como en la música. I Know That It’s Like This (Baby) contiene una muestra de Baby, de Gal Costa, que Ryder-Jones solía escuchar con su ex. A Bad Wind Blows in My Heart Pt.3 tiende un puente hacia el pasado ofreciendo una continuación de los dos volúmenes anteriores, mientras que el futuro se vuelve incierto en If Tomorrow Starts Without Me. En It’s Today Again y We Don’t Need Them, el coro de niños del pueblo representa la infancia a la que el cantautor está profundamente apegado, aunque sea traumática. Entre las potentes cuerdas, la artista irradia inocencia y fragilidad.

A diferencia de las reverberaciones eléctricas de Yawn, Bill Ryder-Jones opta por un pop sesentero orgánico, a veces orquestal, para dar rienda suelta a su obsesión por la melodía. Los ritmos se aceleran y se desvanecen, la orquestación se amplifica y luego se apaga, acercándose lo más posible a las oscilaciones del corazón y de la mente. Entre la calma y la tempestad, el conjunto se cierra graciosamente con las notas del instrumental Nos Da (“buenas noches” en galés). Estos paisajes sonoros deben su intensidad a la audacia de Ryder-Jones, más segura gracias a la producción de Saint-Saviour, Brooke Bentham y Michael Head (quien, a mitad del disco, lee el Ulises de James Joyce en ...And the Sea...). La mezcla de James Ellis Ford y los misterios del lugar también desempeñaron un papel importante: Iechyd Da se grabó en sus estudios Yawn de West Kirby, una pequeña y evanescente ciudad de la península de Wirral, entre Liverpool y Gales, frente al mar gris, donde creció y donde vive ahora, tras mucho tiempo soñando con paisajes imposibles.