Con péplums como «Ben-Hur» o «Julio César» Miklós Rózsa alcanzó el máximo reconocimiento como compositor. Pero esos árboles ocultan un bosque lujurioso donde se descubren igualmente emblemáticos títulos de cine negro de los 40 e importantes trabajos concertísticos. He aquí el retrato de un autor extraordinario e irrepetible que con sus bandas sonoras colaboró en la evolución de la música cinematográfica hollywoodiense.

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