The Lookout

Presentación del Álbum

Sin prisa pero sin pausa, Laura Veirs viene confeccionando regularmente desde finales de los 90 unos álbumes de folk etéreo especiado con ingredientes pop, rock y americana… En ocasiones su vena compositiva, un tanto sombría, alcanza incluso verdaderas cimas, como en Carbon Glacier, su mejor disco, editado en 2004. Y es que, al igual que Jolie Holland, Veirs pertenece a esa raza de cantautoras una pizca gafapastas, a manera de nietas de Joni Mitchell escapadas a su atracción gravitacional…

Tras el interesante paréntesis que supuso su trío con colegas del calibre de KD Lang y Neko Case, Laura Veirs vuelve a los placeres solitarios con este emocionante The Lookout. Bueno, no del todo solitarios, puesto que, como otras veces, le echa una mano el hombre de su vida, Tucker Martine. Y de nuevo, el excelente productor y multiinstrumentista le suministra un contexto sonoro (por ejemplo en la extraordinariamente delicada Seven Falls) capaz de envolver a la perfección estos temas sucesivamente taciturnos y oníricos, que por si fuera poco cuentan con acompañamiento a cargo de sus fieles Karl Blau, Steve Moore, Eli Moore, Eyvind Kang o el propio Martine, pero también, en calidad de invitados, de Sufjan Stevens y Jim James.

«Este disco, señala Veirs, habla de la necesidad de ser sensible a la belleza efímera de la vida y de ser tolerante. Pero también de la importancia de preocuparse por los demás. Escribo sobre las cosas que veo a mi alrededor y del caos de la América postelectoral, de las divisiones raciales en nuestro país y, en un plano más personal, de las circunstancias que conlleva tener cuarenta años. Algunos de mis amigos han muerto. Y me esfuerzo por encontrar el equilibrio entre mi vida pública y privada, como madre de niños pequeños.» De este modo podemos disfrutar de estas hermosas acuarelas atentas a la fugacidad, evocadoras por lo tanto de la fragilidad de las cosas más bellas de la vida que su voz, suave y hechizadora, hace todavía más jubilosas. © Marc Zisman/Qobuz