Rock Love

Presentación del Álbum

Steve Miller y su banda ya tenían una historia a sus espaldas antes de ese The Joker que les lanzó a la fama en 1973 y que más tarde, en los 90, al sonar machaconamente en un anuncio de jeans, relanzaría su carrera. Que tendría, con todo, sus altibajos. Como prueba, un primer doble de éxitos modestamente titulado Anthology, editado en 1972, solo un año después de este curioso Rock Love. El caso es que Miller se estaba recuperando de un grave accidente de moto, así que permitió a su discográfica lanzar al mercado esta recopilación con tomas en estudio y grabaciones en directo, en un intento de seguir en el candelero hasta su vuelta a los escenarios. Pero este álbum “de relleno” resulta, sin embargo, más interesante de lo que podría parecer. Antiguo discípulo del célebre Les Paul, creador de la Gibson que porta su nombre, Miller tenía reputación de fino virtuoso de la guitarra, algo que no había quedado fehacientemente demostrado, o no con tanta brillantez, en sus cinco álbumes anteriores.

Con un nuevo equipo de tamaño reducido, se dedica aquí a explorar horizontes inesperados sin renunciar a su toque blues apto “para todos los públicos”, cercano al de los Allman Brothers (Love Shock) o al del Clapton de Derek And The Dominos. Ciertamente, el disco no parece tan rockero como sugiere su título, variación de Love Shock, vigoroso live sobre el que planea la sombra de Jimi Hendrix, ni suena tan enérgico como el grato Let Me Serve You, pese a su aspecto un tanto inacabado. Pero en el terreno del folk rock Miller se encuentra a sus anchas, y piezas como Rock Love, Harbor Lights casi podrían atribuirse a unos hipotéticos Crosby, Stills, Nash, Young & Miller, al igual que esa extensa jam donde nuestro “gangster of love” nos deja patidifusos guitarra acústica en mano (Deliverance). Contando, entre otros, con el futuro miembro fundador de Journey, Ross Valory, al bajo, esta efímera versión de su inestable Steve Miller Band está cerca de ser una de sus mejores alineaciones, como se comprueba al escuchar la larga y hechizante Blues Without Blame. Al fin exhumado y optimizado para el formato digital, este Rock Love merece sin duda mejor recibimiento, más bien tibio, del que tuvo en el momento de su edición. © Jean-Pierre Sabouret/Qobuz