KOD

Presentación del Álbum

Verdadera anomalía surgida en un pueblecito perdido de Carolina del Norte, Jermaine Cole se ha convertido en un peso pesado del rap mundial gracias a su música ascética, intemporal, rigurosa e insólita. Con el tiempo se ha erigido en símbolo de una autenticidad perdida, duradera e intrigantemente honda si se compara con el habitual entretenimento amnésico con que gusta de inundarnos la industria musical. Tras un 4 Your Eyez Only más introspectivo, cercano a las sonoridades de cámara, el rapero ataca ahora con este inquietante KOD de hechuras más contemporáneas.
Artista concienciado como pocos, J. Cole aspira a ser el faro de las nuevas generaciones. Con KOD apunta al universo de las adicciones: a las drogas, a la pasta, a las redes sociales, a la fama, a la violencia, al sexo, a la infidelidad… El rapero ausculta el pulso de nuestra sociedad sin olvidar cierto punto de autocrítica. Pero la verdad es que no escatima en reprimendas y todo el mundo acaba recibiendo lo que se merece.
De sonido más actual, la música de J. Cole abandona su zona de confort con tal de transmitir su mensaje. No obstante, los cortes más decididamente jazzísticos e intimistas resultan ser los más convincentes, como el irónico Kevin’s Heart, que habla de la desmesurada atención de los medios a las infidelidades del actor Kevin Hart, entre el puro voyerismo y la identificación, o como el cautivador Window Pain, sobre la cultura de las armas y su relación con la ira y la venganza. Pero, envuelto en un aura de espiritualidad, J. Cole demuestra que no es solamente un moderno Pepito Grillo sino un artista en constante proceso de construcción. Un sencillo y dotado artesano al que seguramente aguarda el futuro más brillante. © Aurélien Chapuis/Qobuz